Mientras desde Caracas Juan Guaidó -presidente interino y líder del Congreso de Venezuela- reportaba que en todo el país se había acatado su último llamado a protesta nacional, un grupo en el exilio se unió a la jornada al mediodía en la iconográfica estación Grand Central de Nueva York.
Desde allí reiteraron su llamado a que el mundo de “una respuesta urgente” ante la gravedad de la crisis humanitaria y de represión en Venezuela, que ha enviado a millones de personas al exilio, desbordando y creando tensiones en otras naciones suramericanas.
Como en Venezuela, los manifestantes en Nueva York consideran como paso fundamental par superar la crisis, que ya es regional, la salida del poder de Nicolás Maduro, cuya reelección en el poder fue considerada fraudulenta en mayo de 2018.
En la víspera de la movilización, unos 20 encapuchados portando armas largas y vestidos con ropa de combate irrumpieron anoche en una de las sedes en Caracas de Voluntad Popular, el partido de Guaidó, actual del líder de la oposición.
Según BBC Mundo, la oposición confía en que lo sucedido en Bolivia con la reciente renuncia del presidente Evo Morales, por supuesto fraude electoral, “anime a la gente a volver a salir a protestar contra Maduro”.
También ayer, el nuevo gobierno de Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Maduro, luego de años de intenso cooperación entre ambas naciones.
Según Naciones Unidas, más de 4 millones de venezolanos han abandonado su país desde 2015, escapando de la escasez de alimentos, la hiperinflación y la represión política.
Desde la llegada de Maduro al poder en 2013, ungido por Hugo Chávez en su lecho de muerte, Venezuela ha estado sumida en la peor crisis inflacionaria, institucional y de exilio en la historia de América. Muchos han comparado la situación con “un campo de concentración” en referencia al holocausto de la 2da guerra mundial.