Armando Info: La verdadera milla de oro de Caracas queda en Petare y no conduce a ninguna parte

 

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Costó 450 millones de dólares. Su idea era emular a Medellín, a Venecia. Que por donde pasara el pequeño tren tirado por cables florecieran el desarrollo, el comercio y la seguridad, pero el plan terminó en otra promesa incumplida para un barrio atragantado de ellas. El único kilómetro de trayecto que cubre el Cabletrén de Petare, al este de la capital venezolana, mueve a 16 personas en cuatro vagones por vez, pero quizás su espejismo ayudó a Hugo Chávez a obtener su última victoria electoral en 2012. Onerosas modificaciones presupuestarias en favor de los contratistas Odebrecht y Doppelmayr dieron lugar a una ruina instantánea.





Por MARÍA ANTONIETA SEGOVIA / Armando.info

Corría el año 2012 y Venezuela se preparaba para unas elecciones presidenciales en octubre, con el presidente y candidato a la reelección, Hugo Chávez, aquejado por un cáncer terminal tan potente como sus aspiraciones de vencer y seguir ocupando la silla del Palacio de Miraflores.

El Ejecutivo pisaba entonces el acelerador para adelantar proyectos pendientes que le permitieran mostrar los resultados de una gestión exitosa y eficiente. Para efectos meramente electorales, se propuso rescatar obras para entonces aletargadas como el subsistema Cabletrén Bolivariano para la zona de Petare, el enorme barrio de chabolas del este de Caracas.

Pero la premura, una vez pasado el evento electoral, quedó a medio camino y terminaría por costarle al fisco la bicoca de 450 millones de dólares.

El proyecto formaba parte del contrato MC-3753, suscrito para la construcción del Metro Guarenas-Guatire. No fue contemplado en la propuesta original presentada por la constructora brasileña Odebrecht a la Compañía Metro de Caracas cuando, el 21 de diciembre de 2006, acordaron la construcción de un sistema de transporte masivo para el este de la capital de aproximadamente siete kilómetros, entre el Parque del Este y la urbanización La Urbina, que sería como el sistema tradicional subterráneo del Metro de Caracas, junto a otro tramo suburbano de aproximadamente 35 kilómetros que sería construido como un sistema ferrocarril para la conexión con ambas ciudades-dormitorio.

El Cabletrén Bolivariano fue incorporado al contrato dos años después, el 5 de agosto de 2008. Fue propuesto por la empresa austríaca Doppelmayr Cable Car a la empresa Metro de Caracas y su ejecución fue aprobada ese mismo año. El consorcio Doppelmayr Seilbahnen GMBH ampliaba así su agenda de trabajo en Venezuela donde ejecutaba, también junto a la brasileña Odebrecht, la obra del Metrocable de San Agustín -el tradicional vecindario del centro de Caracas- y se perfilaba para dar inicio a la construcción de otro Metrocable, este en la localidad de Mariches, un suburbio popular al este de la capital venezolana.
En días previos a la modificación del contrato, el entonces presidente del Metro de Caracas, Gustavo Enrique González López, justificó la incorporación del Cabletrén asegurando que este no implicaría un desembolso adicional, porque apenas representaba un ajuste del proyecto original para el Metro Caracas-Guarenas.

Sin embargo, al Cabletrén Bolivariano le fue asignado un presupuesto inicial de 230 millones de dólares en el año 2010. Tres modificaciones posteriores doblaron el estimado hasta escalar a 450 millones de dólares. El sistema, que hoy cubre apenas un kilómetro de distancia, consumió 1.700% más dinero que el invertido por la ciudad de Venecia, Italia, para la construcción de los 857 metros de longitud del People Mover, un sistema similar al Cabletrén venezolano, construído por la misma Doppelmayr e inaugurado el 19 de abril de 2010. La incorporación de esta obra terminó generando un incremento en el costo total del contrato MC-3753, que para el año de inauguración del Cabletrén ya registraba un aumento del 274%.
Con la incorporación del Cabletrén, el contrato MC-3753 se abultó hasta amparar la construcción de tres sistemas, uno urbano compuesto por cinco estaciones de Metro -Horizonte, Urbina Norte, Urbina Sur, Boleita y Montecristo- , uno suburbano que conectaría Caracas con Guarenas y Guatire con un ferrocarril ,y el Cabletren Bolivariano; sin embargo, con el paso del tiempo, el Metro y Odebrecht decidieron excluir el sistema urbano del proyecto e incorporarlo al contrato de la Línea 5 del Metro de Caracas, también a cargo de la brasileña.

Odebrecht quedó encargada de las obras civiles para un sistema de transporte no convencional que viaja sobre monorriel a cable de 2,4 kilómetros de longitud y cinco estaciones, además del tramo del ferrocarril. La austríaca estaría a cargo del suministro e instalación del sistema.

El proyecto fue separado para ejecutarse en dos fases. La primera contempló la construcción de tres estaciones: Petare II, 19 de Abril y 5 de Julio, inauguradas en el 2013. La segunda fase, prometía las estaciones 24 de Julio y Waraira Repano, esta última, unidad de transferencia para el ferrocarril de Guarenas y Guatire.

Así Petare, la barriada más grande de Latinoamérica, podría entonces enorgullecerse de contar con un sistema de transporte similar al que ostentan destinos turísticos como Las Vegas, El Cairo y Venecia. Se trata de sistemas que sirven en áreas pequeñas y de uso esporádico como aeropuertos o parques de atracción, al estilo de un ascensor horizontal.

De todo el sistema planificado, seis años después el único tramo en funcionamiento corresponde al llamado Cabletrén Bolivariano. Es de apenas 1,2 kilómetros, distancia que se recorre en dos minutos. Dos trenes de cuatro vagones que movilizan a 16 personas sentadas circula entre tres estaciones, las únicas en funcionamiento. La promesa de culminación de las otras dos estaciones y el sistema Guarenas – Guatire, quedó sobre el papel.

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