Registran 48 casos de desnutrición infantil en Lara

Un maestro mide el brazo de un niño como parte de un programa de salud del gobierno del estado de Miranda en una escuela en Caracas, Venezuela el 25 de marzo de 2017. Fotografía tomada el 25 de marzo de 2017. REUTERS / Marco Bello

 

El hambre gana terreno en la población infantil. Como un recuerdo ya lejano para los venezolanos están las imágenes de ver a infantes comiendo cereales de todo tipo y desarrollando tallas y pesos normales y es que, según los datos que manejan organizaciones como Mapani (Madres y Padres por los Niños y Niñas en Venezuela), la desnutrición crónica se ha convertido en una sombra frecuente para los pequeños especialmente en aquellos cuyas edades van de cero a cinco años.

Por Osman Rojas | LA PRENSA de Lara





“Lo que más preocupa de estos casos es que vemos cómo los niños pierden talla. Hay infantes que presentan déficit de hasta diez centímetros por no tener un peso adecuado”, comenta Gretna El Halabi, presidenta de Mapani, cuando se le pregunta por las estadísticas que lleva la organización en el estado.

De acuerdo a los datos que maneja Mapani entre el mes de mayo y el mes de agosto la institución contabilizó un total de 48 casos de desnutrición crónica. De estos 23 eran niñas y 25 niños. La mayoría de estos infantes, según explica la misma El Halabi, son pequeños residenciados en la parroquia Ana Soto, antigua Juan de Villegas.

“La mayoría de casos siguen llegando desde Barquisimeto”, dice El Halabi. La presencia de desnutrición en niños menores a cinco años enciende las alarmas en el gremio médico, pues los especialistas ven con preocupación cómo el hambre se apodera del desarrollo de los niños.

“Venezuela nunca ha sido un territorio libre de desnutrición. Siempre se veía, especialmente en campos y barrios, como aparecían uno que otro niño con este problema, pero ahora es mucho más común. Uno de cada cinco niños presenta problemas de este tipo. Eso es algo delicado porque estamos en presencia de una generación crónicamente enferma”, decía Ruth Becerra, licenciada en nutrición.

Los casos de desnutrición crónica no son los únicos que aparecen con cierta frecuencia en el estado, pues los datos de Mapani revelan que en la región también se contabilizan casos de desnutrición severa y moderada.

“El problema es que no hay alimentación balanceada. Hay niños que comen tres veces al día, pero hay que ver y analizar qué es lo que realmente están comiendo. Las cajas CLAP, que lo único que traen es arroz, granos y pasta no son la solución porque no hay un balance de los alimentos”, concluye la experta.