William Herrera Añez: Expulsan a cubanos y venezolanos

William Herrera Añez: Expulsan a cubanos y venezolanos

Una de las primeras medidas políticas del gobierno transitorio de Jeanine Áñez Chávez, ha sido la expulsión masiva (y en tiempo récord) de los agentes cubanos y venezolanos, que asesoraron durante los 14 años que duró el régimen de Evo Morales. No solamente hacían “inteligencia” o procesamiento de información privilegiada sino que planificaban y ejecutaban operaciones en una franca intromisión en asuntos internos de Bolivia.

La intervención directa de estos países ha sido determinante para la conservación, consolidación y prorroguismo ilegal e inconstitucional de Evo Morales. El propio socialismo del siglo XXI, que se gestó en el Foro de San Pablo, fue una creación de Fidel Castro, que se encargó de difundir, imponer y conservar en países de Sudamérica. Mientras Evo Morales proclamaba que Bolivia era digna, libre, e independiente, se vanagloriaba diciendo que él no necesitaba consultar nada al pueblo boliviano porque recibía órdenes directas de Fidel Castro y Hugo Chávez.

La participación de los agentes cubanos y venezolanos, muchas veces camuflada de mandiles blancos y de ayuda humanitaria, no se limitaba a labores de asesoramiento diplomático o de apoyo a la salud, sino que han participado en operaciones político-policiales como fueron los casos: Porvenir, Hotel Las Américas, la Calancha, Chaparina, entre otros.





Tal era el nivel de intervención de estos grupos que fueron encontrados infraganti en la insurrección pacífica y posterior enfrentamientos ocurridos en Montero, en Cochabamba, en El Alto; y fueron detenidos con armamento de grueso calibre, poniendo así en peligro a la población boliviana. Los medios de comunicación los han mostrado con las cúpulas del MAS obligando a los alteños a marchar a La Paz; ellos mismos movilizaban a campesinos de otras zonas con el mismo fin. Y montaron su centro de operaciones en Chapare -lugar donde el 95% de la coca producida es insumo de la cocaína- con el apoyo de las seis federaciones de cocaleros. Ahí recibieron entrenamiento de agentes cubanos, venezolanos y de las FARC, todos estos actuaron y actúan creando violencia en el país; ellos asesinaron a jóvenes defensores de la democracia.

Los extranjeros pasaron de simples asesores a intervenir en ciertos niveles de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana, situación que causó profundo malestar e indignación en sus propias filas y la ciudadanía. Sin embargo, el gobierno transitorio ya eliminó el grito de guerra socialista: “patria o muerte”, y las nuevas generaciones dejarán de rendir honores oficiales al Che Guevarra y poner en práctica una serie de consignas foráneas. Y las numerosas delegaciones dejarán de peregrinar, igualmente, a Vallegrande y el Estado tendrá que reivindicar a los soldados caídos en la guerrilla y a las Fuerzas Armadas que supieron derrotar a los rebeldes.

En el gobierno de Evo Morales para ascender a los principales cargos jerárquicos en las Fuerzas Armadas y la Policía boliviana, muchos postulantes eran obligados a comprometerse con el “proceso de cambio” y comportarse en consecuencia. Este sistemático abuso de poder ha privado no solo del legítimo ascenso a los mejores profesionales sino que ha constituido una verdadera humillación y discriminación para varias promociones de profesionales de las fuerzas del orden. En los 14 años del régimen masista, se impuso el manoseo, los intereses del partido, la ideología y el servilismo antes que los méritos, la institucionalidad y la dignidad nacional.

El régimen de Evo Morales pasará a la historia como el gobierno que se encargó de pervertir la institucionalidad del Estado, y las Fuerzas Armadas y la Policía boliviana no fueron la excepción. Es cierto que siempre se ha tenido el apoyo de la comunidad internacional, pero nunca se había descendido al nivel de intromisión directa y abusiva como lo hicieron los grupos cubanos y venezolanos. El nuevo gobierno tiene que revisar y considerar su alejamiento político de Cuba, mientras no se restituya en la Isla caribeña la democracia liberal y el Estado Constitucional de Derecho y deje de exportar “inteligencia” y valores ajenos a nuestra tradición republicana.


Publicado en El Deber (Bolivia) el 25 de noviembre de 2019