Enfermeras del eje occidental de Carabobo deben asumir funciones de los médicos

Enfermeras del eje occidental de Carabobo deben asumir funciones de los médicos

Ambulatorio Luis Perez Carreño / Foto: Leomara Cárdenas

 

El sistema de salud público en el eje occidental de Carabobo, en el centro-norte de Venezuela, se encuentra en precarias condiciones. En esta zona, que está comprendida por los municipios Bejuma, Montalbán y Miranda, hay 18 centros de salud tipo ambulatorios (medicina preventiva y algunos cuentan con salas de parto) y el hospital satélite Distrital de Bejuma, que por su cercanía con la carretera Panamericana atiende tanto a habitantes de la entidad carabobeña como de estados cercanos (Yaracuy y Lara).

Por Leomara Cárdenas / Crónica.Uno





Todos tienen el mismo problema: no cuentan con personal médico ni medicamentos y mucho menos con material médico-quirúrgico e implementos de limpieza y desinfección de las áreas hospitalarias.

Tania Rodríguez padece lupus desde hace 20 años. Se encontraba en las áreas externas del Hospital Distrital de Bejuma deambulando para que le leyeran unos exámenes de orina que se realizó porque sentía malestar, pero en el nosocomio no había un médico que pudiera interpretar su prueba.

Para ese día, 21 de noviembre de 2019, no había personal médico en el área de hospitalización ni en la emergencia. La mujer de 43 años de edad, con suma delgadez, no puede cumplir su tratamiento que le fue indicado de por vida porque no cuenta con recursos económicos.

Yo me hice el examen hace tres días, y aquí estoy cazando algún doctor que me vea. Aquí no hay médicos todos los días. Yo solo estoy en las manos de Dios”, dijo.

El equipo de Cronica.Uno logró entrar al hospital, que fue inaugurado en 1976 y que depende del gobierno regional de Rafael Lacava, pues está adscrito a la Fundación Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud). El escenario es deprimente y denigrante para los pacientes. Las instalaciones están repletas de filtraciones en el piso 3, donde funciona el área administrativa.

Fue mandada a desalojar por los bomberos, tras una inspección realizada en 2014, la cual evidenció que las filtraciones han causado daños importantes en el techo y se han diseminado hasta llegar a la planta baja”, manifestó la enfermera Berta Ramírez, exdocente del distrito occidental.

El quirófano no funciona desde hace tres años, porque el aire acondicionado está dañado. Todas las áreas del hospital están a oscuras. En algunos pasillos se logra ver algo de iluminación, porque algún paciente o trabajador puso un bombillo. Es que, a pesar de que faltan luminarias, el personal de mantenimiento teme colocar bombillos porque en los techos hay agua debido a las filtraciones y podría haber un corto circuito que podría terminar en una tragedia, que alguna persona quede electrocutada.

La emergencia tiene tres años en una zona improvisada, porque en el último año de gestión del exgobernador Francisco Ameliach iniciaron trabajos de remodelación y hasta la fecha no se han culminado, y los materiales se han ido perdiendo. Esa emergencia, que apenas puede tener cuatro camas, no cuenta con oxígeno, tampoco con la climitazación pertinente, y lo más grave es que no hay médicos que atiendan a los pacientes, porque casi todos han renunciado a sus cargos por los bajos salarios.

“Las enfermeras en muchos casos deben ejercer funciones que son netamente de los galenos”, dijo Berta Ramírez. Esta sala se encuentra justo delante del área de inmunización de recién nacidos.

Reina Castillo, con más de 10 años de servicio, trabaja como enfermera en la emergencia improvisada. Denunció que desde el almacén son pocos los medicamentos e insumos con que los dotan.

El almacén se encuentra alejado de la sala de emergencia y solo trabaja de 8:00 a. m. a 3:00 p. m. Apenas les entregan de inventario unas pocas jeringas y dos medicamentos. Si llega una emergencia después del horario de cierre del almacén, lamentablemente, no se le puede suministrar medicamentos, a menos que los familiares compren los insumos.

Castillo insistió en que le duele ver cómo fallecen pacientes porque no tienen insumos.

El laboratorio no tiene aparatos de serología, no cuenta con reactivos para realizar pruebas de sangre. Los resultados deben entregarlos escritos a mano y en papel reciclable porque no hay material de oficina.

 

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