¿Por qué la gente se está muriendo después de caerse a palos?… metanol

 

La diferencia entre el etanol y el metanol…

 

La muerte de Erika Granadillo, quinta fallecida en los primeros días de diciembre por la ingesta de bebidas alcohólicas de bajo costo, ha prendido las alarmas de bebedores y no bebedores; amigos, familiares y desconocidos se muestran preocupados por la accesibilidad de nuevas marcas de “licor de ron” con lo que los venezolanos llevan ya un tiempo “cayéndose a palos” en “revolución”.





Por: lapatilla.com con información de métode, idvip, mezcología y la BBC

Este es el primer caso que se hace público, e independientemente de que los individuos pueden hacer con su vida lo que quieran, son muchos los casos no oficiales que se están dando a conocer de venezolanos fallecidos luego de tomar alcohol.

Un audio que ya es de conocimiento público reveló que la mujer antes mencionada ingirió grandes cantidades de una de las nuevas marcas de estas bebidas, además de otros alcoholes, con un desenlace fatal y la gran explicación es ciencia pura… la ciencia del alcohol sin control.

 

Alcohol: etanol y metanol

 

En nuestra vida diaria tenemos contacto principalmente con un tipo de alcohol: el etanol. Es el líquido que usamos como desinfectante de heridas debido a sus propiedades antisépticas. Y, además, consumimos bebidas que contienen esta sustancia, como es el caso de las recreativas.

El compuesto químico metanol, también conocido como alcohol de madera o alcohol metílico (o raramente alcohol de quemar), es el alcohol más sencillo, incoloro, inflamable y tóxico que se emplea como anticongelante, disolvente y combustible.

El metanol es un alcohol que no se produce en la fermentación, pero sí se forma a partir de sustancias pécticas, mezcla de polímeros ácidos y neutros y el principal componente de la lámina media de la pared celular de compuestos naturales de los vegetales (astillas de madera, pieles, en pulpas y más moderada su presencia en jugos).

Se encuentra en cantidades importantes en cabezas, pero también en colas de los destilados; las cabezas son las primeras porciones de destilado que salen de los alambiques y que tiene alto grado alcohólico, las colas son los últimos chorros con un nivel muy bajo de alcohol. Ambos son desechados en la destilación.

El metanol es una sustancia que de por sí no es tóxico, pero sí lo son los subproductos que se forman a partir de él, los cuales causan graves trastornos como ceguera, toxicidad cerebral, toxicidad nerviosa y en última instancia, la muerte.

Se entiende que existen tres factores importantes que pueden condicionar toxicidad: Cantidad, tiempo y susceptibilidad individual.

Nuestro metabolismo puede hacer frente a pequeñas cantidades ingeridas o generadas de metanol sin efectos sobre nuestro organismo. El problema aparece cuando una persona consume cantidades significativas de metanol: este producto acaba transformándose en ácido fórmico, que se metaboliza muy lentamente. El ácido fórmico se acumula en el organismo y finalmente alcanza niveles tóxicos.

 

¿Y por qué se muere la gente?

 

Expertos calculan que de 4 a 6 litros son más que suficientes para llegar a dosis altamente peligrosas o letales, es decir ingerir entre 6 a 20 gramos de metanol, llegará a la sangre produciendo gravísimas consecuencias.

El metanol cuando se encuentra en concentraciones ligeramente superiores a los permitidos se percibe irritante en boca y nariz con matices intensos de olor, lo que significa que un común bebedor se dará cuenta rápidamente de esa presencia.

Esto, indudablemente, es un problema de Salud Pública en la Venezuela en “revolución”, donde existen personas que, por razones económicas compran cualquier destilado barato y para aumentar los niveles de embriaguez lo mezclan con alcoholes no aptos para el consumo, en ese caso, el peligro es latente.

De allí que todos los países que producen destilados de consumo tienen normas que protegen a los consumidores, no obstante, “en revolución” ha proliferado la creación artesanal de bebidas de dudosa procedencia.