Al menos 23 miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron en las últimas 24 horas, durante tres ataques distintos perpetrados por los talibán en las provincias del norte, indicaron fuentes de seguridad.
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En la provincia de Blakh, los insurgentes mataron a siete policías durante un asalto a su puesto, según el jefe provincial de la policía Ajmal Fayez. Un miembro del consejo de la provincia dio un balance de nueve policías muertos y cuatro desaparecidos. El puesto está situado en una carretera que une Blakh a la provincia vecina de Jowzjan.
Más al este, en Kunduz, los talibanes mataron a nueve miembros de las fuerzas de seguridad en un puesto de control en mitad de la noche, en el distrito de Dashte Archi, según el portavoz de la provincia Esmatulá Muradi.
Los insurgentes mataron a otros siete miembros de las fuerzas de seguridad en un puesto de control en el distrito de Darqad, cerca de la frontera con Tayikistán, según un portavoz de la provincia de Takhar (norte).
Estas ofensivas tuvieron lugar en pleno invierno –boreal, temporada que antaño suponía una pausa en el conflicto– y después de que los talibán desmintieran al lunes cualquier proyecto de alto el fuego en caso de acuerdo con Estados Unidos sobre una retirada de las fuerzas estadounidenses.
Las negociaciones entre ambas partes están actualmente en punto muerto.
Con información de AFP