Gerson Revanales: Asi como una golondrina no hace verano, veinte bodegones no resuelven

El nuevo Dakazo navideño este año se hizo presente con: el régimen puerta a puerta, la proliferación de los bodegones y la libre circulación de dólares inorgánicos, producto más del comercio ilícito, de lavadoras no precisamente General Electric o Phillips y de las pírricas remesas de la diáspora, que de la activación del aparato productivo y de las exportaciones. El ataque despiadado a la empresa privada, con efectos mortales sobre el aparato productivo y exportador como verdadero generador de riqueza, convirtieron a Venezuela en el país con mayor desempleo en el mundo. Asi se desprende del informe del Fondo Monetario Internacional (2019); el mismo revela que el 2019 cerró con una inflación del 200,000 %, y estima que en 2020 la hiperinflación se podría ubicar en 500.000 %.

En nuestra columna pasada (28DIC19) dejamos claro que el régimen perdió la “guerra económica”. Que ni poniendo “Todos Juntos” a nuestros jóvenes a recoger basura en las calles y pintar las aceras,  en lugar de ponerles a estudiar en escuelas técnicas, en el INCE o simplemente en las escuelas de Artes y Oficios; ni la Chamba Juvenil de recolectores, uno de los programas sociales más vergonzoso y deplorable de política pública alguna,  pudo evitar que el 2019 cerrara con una tasa de desempleo situada en 47,2 %, mientras que en 2020 según estimaciones del FMI, podría llegar al 50,5 %, la más alta en la historia de la región y la mayor en el mundo, al colocarse por encima de países en guerra. El país potencia en materia de desempleo se sitúa detrás Sudáfrica, Sudán, Armenia e Irán.

Sería oportuno que los hacedores, por no llamarlos diseñadores del destructivo Plan de la Patria para el 2019-2025, leyeran el informe del Fondo y tomaran en cuenta que según las estimaciones de este, la economía venezolana se contraerá un 35 %, con una caída del producto interno bruto (PIB) del 25 %. Aunado a una segura escasez de medicamentos y bienes esenciales a pesar de los abarrotados bodegones de Milky Way que tanto les gusta a los hijos de los revolucionarios. 





La crisis en el país potencia se profundizara para este año con la mayor inflación y la tasa de desempleo más alta del mundo, des-beneficiada con los salarios más bajos de la región, pagados en bolívares que no superan los 6 dólares mensuales; enfrentando una escasez de alimentos y medicamentos única en la historia producto de una dolarización descontrolada que solo beneficia a quienes pueden acceder a la divisa del imperio. Entonces el régimen perdió o no la guerra económica al convertirnos en el tercer país más pobre del mundo detrás deCentro africa, Burundi y la República del Congo.

En resumen, Maduro entrará a 2020 con un país que ha tenido la mayor caída de la producción de bienes y servicios desde que se tiene registro. Además, se ha refugiado en el contrabando o economía paralela para seguir en el poder. Porque la supuesta actividad lícita que realiza a través de la exportación de petróleo está encubierta, para así burlar las sanciones impuestas por Estados Unidos a PDVSA. 

Mientras no se produzca un viraje en las políticas económicas, los venezolanos continuaremos viviendo en una economía ficticia sustentada en bodegones, la circulación de dólares negros, bonos y misiones de caridad donde solo los que tienen acceso al signo monetario del tan odiado imperio, producto de transacciones no tan santas, podrán sobrevivir y quienes no, vivirán en zozobra permanente, pues con el paso de los días los precios de los alimentos aumentan en dólares y en bolívares, disminuyendo no solamente la capacidad de compra, sino el poder adquisitivo de los venezolanos.