EEUU y China firman la Fase 1 del acuerdo comercial

EEUU y China firman la Fase 1 del acuerdo comercial

El viceprimer ministro chino, Liu, aplaude al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, mientras habla al comienzo de una ceremonia de firma de la “fase uno” del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China en la Sala Este de la Casa Blanca en Washington, EE. UU., 15 de enero de 2020. REUTERS / Kevin Lamarque

 

 

Estados Unidos y China firmaron este miércoles la Fase 1 del esperado acuerdo comercial que promete poner fin a la guerra de aranceles que sacudió a la economía mundial. El pacto reducirá algunas tarifas y hará que Beijing impulse la compra de bienes y servicios estadounidenses, desactivando así un conflicto de 18 meses entre las dos economías más grandes del mundo.





El presidente Donald Trump y el viceprimer ministro Liu He, que lideró la parte china en las conversaciones comerciales con Washington, suscribieron el documento de 86 páginas en un evento realizado en la Casa Blanca, ante más de 200 invitados de los círculos empresariales, gubernamentales y diplomáticos.

“Hoy estamos dando un paso muy importante, uno que nunca antes se había dado, hacia un futuro de comercio justo y recíproco a través de la firma de la Fase 1 de este histórico acuerdo entre Estados Unidos y China”, dijo Trump durante la ceremonia.

Liu dijo que ambas partes trabajarán más estrechamente para obtener resultados tangibles y lograr una relación de ganancia mutua, a pesar de las diferencias en sus modelos políticos y económicos, según informó la agencia oficial de noticias china Xinhua.

Los funcionarios estadounidenses calificaron el acuerdo como una gran victoria que marcó un cambio significativo en las relaciones de Washington con China. Pero aclararon que incluye duras medidas para asegurar que se cumpla lo pactado, que podrían activar la renovación de los aranceles en caso de que haya irregularidades.

El acuerdo de la Fase 1 pone fin a una guerra comercial marcada por tarifas “ojo por ojo”, que ha afectado a cientos de miles de millones de dólares en bienes, enraizando los mercados financieros, desarraigando las cadenas de suministro y ralentizando el crecimiento mundial.

“Una tregua”

Aunque aranceles por cientos de miles de millones de dólares seguirán vigentes por ambos lados, probablemente hasta que el presidente Donald Trump compita por la reelección en noviembre, parte de la incertidumbre se desvanecerá. Y justo en el momento en que está a punto de comenzar a ser juzgado en el Senado, Trump podrá clamar victoria con esta “primera fase” del acuerdo que incluye un compromiso de China de aumentar sus compras de cultivos y productos estadounidenses, al menos en el corto plazo.

Eso ha repotenciado los mercados globales en los últimos días, porque deja fuera de la mesa -de momento- la amenaza de nuevos aranceles. “Está cumpliendo todas sus promesas y está construyendo una gran economía para las compañías y los trabajadores estadounidenses”, dijo en vísperas de la firma del acuerdo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

“Creo que esta primera fase es un paso enorme en la dirección correcta”, agregó en una entrevista en la cadena Fox Business. Pero este miércoles, consultado por CNBC, Mnuchin advirtió que Trump tiene la potestad de elevar los aranceles para garantizar que Beijing cumpla el pacto. “El presidente tiene la habilidad de imponer tarifas adicionales”, aseguró.

Los asuntos más difíciles, no obstante, quedaron pendientes de ser resueltos en las negociaciones de la “Fase 2”, incluidos los masivos subsidios estatales a las industrias. E incluso algunos logros del acuerdo llevan la relación al mismo punto donde estaba antes de que Trump asumiera el poder.

“La primera fase del acuerdo entre Estados Unidos y China es en esencia una tregua comercial, con grandes compras dirigidas por el estado como añadido”, aseguró en un análisis la economista Mary Lovely. “La tregua es una buena noticia para Estados Unidos y para la economía mundial”, añadió.

Sin embargo, la experta comercial del Peterson Institute for International Economics, advirtió que “los impactos se seguirán viendo y se traducirán en un ritmo más lento de inversión y más elevados costos de negocio”.

Tras anunciar el acuerdo el 13 de diciembre, Estados Unidos canceló una nueva ronda de aranceles que debían entrar en vigencia un par de días después y prometió reducir a la mitad aranceles del 15% impuestos a sobre 120.000 millones de bienes -como ropa- a partir del pasado 1 de septiembre.

Mnuchin desmintió un reporte de Bloomberg que apuntaba a que el acuerdo inicial podría eliminar más aranceles tras la elección presidencial de noviembre. “Los aranceles permanecerán hasta que haya una fase dos. Si el presidente concreta la fase dos rápido, considerará levantar las tarifas. Si no, no”, dijo Mnuchin a Bloomberg TV. “No tiene nada que ver con la elección ni nada más”, aseguró.

¿Qué dice el acuerdo?

Washington asegura que Beijing accedió a importar, en dos años, 200.000 millones de productos estadounidenses por encima de los niveles de 2017, antes de que Trump lanzara su ofensiva. Trump ha vendido el pacto como un impulso para el campo estadounidenses, asegurando que China comprará entre 40.000 y 50.000 millones en productos agrícolas.

Los agricultores estadounidenses han sido duramente golpeados por la guerra arancelaria -la exportación de soja a China, por ejemplo, cayó a 3.000 millones de más de 12.000 millones en 2017. El Gobierno dio 28.000 millones de dólares en ayudas a los productores agrícolas en los últimos dos años.

Pero muchos economistas se preguntan si existe la capacidad para cubrir tal demanda. Y Lovely duda sobre lo apropiado que pueda ser depender tanto del mercado chino.

“También significa que podría ocurrir una retaliación china, moderando la voluntad de los agricultores a invertir para cumplir con los elevados objetivos de exportación del pacto”, dijo.

Funcionarios estadounidenses y chinos dicen que el acuerdo incluye protección de la propiedad intelectual, aborda los servicios financieros y el intercambio extranjero, a la vez que establece un mecanismo de resolución de disputas. Trump acusó formalmente en agosto a China de manipular su moneda para tener ventaja comercial y reducir el impacto de los aranceles. Pero esa etiqueta fue eliminada a comienzos de esta semana.

El pacto también reinstaura diálogos dos veces al año, que gobierno anteriores realizaban regularmente, pero que Trump eliminó.

Infobae || Con información de Reuters y AFP