Descubren un campo donde hay una flota de Ferraris abandonados desde hace una década (FOTOS)

Descubren un campo donde hay una flota de Ferraris abandonados desde hace una década (FOTOS)

Imagen: Silodrome

 

 

 





Imagina que un día te dicen que tienes una docena de Ferraris a tu nombre pero no puedes hacerte con ellos en casi 10 años mientras estos se pudren en un campo perdido. Esta historia le pasó a una familia, una de las más extrañas que se recuerdan de la firma italiana.

Por: Miguel Jorge || Gizmodo

Como veremos, hay muchísimos relatos sobre deportivos de lujo abandonados y encontrados muchos años después, pero pocos donde se junten una docena de ellos perdidos en la maleza de un campo.

Esta historia comenzó cuando un abogado estadounidense cuyo nombre se ha mantenido en el anonimato comenzó a tener éxito en su profesión. Su carrera fue tan fulminante que en poco tiempo amasó el dinero suficiente para hacer de sus fantasías una realidad. A este abogado le perdían los autos deportivos, así que comenzó su colección con varios Chevrolet Corvettes.

Sus gustos cruzaron el Atlántico y lo llevaron a comprar no menos de 20 autos de lujo europeos. Lamborghini, Lotus, Rolls-Royce y Porsche eran algunas de las firmas que el hombre guardaba en su garaje, y tras ellos, la marca que se convirtió en la perdición del abogado: Ferrari.

Hoy sabemos que este hombre llegó a tener una flota de al menos 13 vehículos de Maranello, entre otros, un Testarossa, un Quattrovalvole 308, un 400i, al menos dos 328, al menos tres 348 y un pequeño número de Mondials.

Imagen: Silodrome

 

Sin embargo, la acaudalada vida del abogado dio un giro en el año 2011. Le habían diagnosticado una grave enfermedad (no especificada por la familia) y los doctores le prohibieron su más preciado tesoro: no podría volver a conducir. ¿Qué haces cuando cuentas con semejante colección de autos que no puedes conducir? El abogado decide llevarlos a un lugar seguro y mantenerlos en secreto por un tiempo indefinido.

De esta forma, y antes de comenzar el tratamiento por su dolencia, contacta con un amigo que cuenta con un almacén lo suficientemente grande como para guardar su colección. Le paga por adelantado y pasan varios meses. Sin embargo, después de que la condición del abogado empeorara y se le pasaran varios plazos, este amigo, o más bien “conocido”, decide sacar la colección de su almacén y trasladarlos a un campo perdido en Texas.

Cuesta imaginar qué clase mente decide tal cosa, porque se me ocurren cientos de fórmulas para recuperar el dinero antes de literalmente tirar en el campo que vemos en las imágenes una flota de Ferraris de lujo.

Imagen: Silodrome

 

Curiosamente, unas semanas después de que la flota estuviera en el campo, el abogado regresa al almacén con efectivo para pagar los meses que debía. De este encuentro no se sabe mucho más que la respuesta del “amigo”. Le dijo al abogado que había llegado con el dinero demasiado tarde, los Ferraris nunca fueron trasladados al almacén y, quizás lo más incomprensible de toda esta historia, permanecieron en el campo casi una década mientras se iban degradando lenta e inexorablemente.

Durante estos casi 10 años la familia del abogado ha estado luchando para tomar posesión de ellos. La historia original, que la contaba en exclusiva el medio Silodrome, no explicaba las razones por las que no pudieron hacerse con ellos más allá de “procedimientos legales”, aludiendo a que la familia quería discreción (al igual que tampoco se especificaba la ubicación exacta de este cementerio de Ferraris).

Finalmente, las imágenes que vemos muestran el estado de los vehículos cuando la familia pudo tomar posesión. Se encontraron once Ferraris en el campo, aunque curiosamente, los registros (títulos, facturas) encontrados mostraban que debería haber 13. Además, otros dos Rolls-Royces también están desaparecidos.

La familia contactó con una figura conocida en la comunidad local de Ferrari que aceptó ayudar en la posterior venta. Debido a que los autos necesitaban bastante trabajo para volver a ponerlos en servicio o restaurarlos, había que dar con coleccionistas bien equipados o talleres de restauración para tener alguna esperanza.

Una triste historia de Ferraris clásicos abandonados que al menos contó con un final “feliz”. Se llegó a un acuerdo para vender los nueve autos a un concesionario que encontró propietarios para todos los modelos.

Imagen: Silodrome