La Emergencia Humanitaria compleja que azota a Venezuela ha ido en aumento desde que fue declarada en el año 2015. Ni el anuncio de la llegada del coronavirus al país ni la cuarentena ordenada por el régimen de Nicolás Maduro han podido ocultar lo que la población más vulnerable atraviesa en las calles venezolanas.
La Patilla
Ciudadanos que con tapabocas cubriéndoles el rostro y mascarillas improvisadas con franelas continuaban la búsqueda de alimentos o artículos para reciclaje entre los desechos de basura en principales avenidas de la ciudad de Caracas lo confirmaron.
En un recorrido por la capital del país si bien se observó cómo se atendía el llamado a la concientización contra la pandemia, también se hizo presente la realidad de los trabajadores del aseo que a pesar de contar con el principal insumo para combatirla -la mascarilla-, seguían alzando los desperdicios en las esquinas, sin guantes, con una sábana y una pala.
Los vendedores ambulantes fue otro grupo que aunque acató la medida de protección contra el Covid-19 usando un tapabocas, muchos obviaron la orden de permanecer en casa o la recomendación de lavarse las manos constantemente. La necesidad de producir a diario resultó de mayor relevancia.
Maduro hablaba recientemente de no politizar la situación del coronavirus en Venezuela. En la misma oración, pedía al presidente estadounidense, Donald Trump levantar las sanciones económicas, aunque ninguna de estas afecta el sector salud.
Aprovechó también de asegurarle a los venezolanos que la crisis epidémica sería superada, sin embargo, no ha sido capaz de lograr una recuperación social ni económica en el país.
