Estambul descarta una guerra del pan por el coronavirus

Estambul descarta una guerra del pan por el coronavirus

Istanbul (Turkey), 03/04/2020.- A woman wearing a protective face mask walks in front of a street graffiti depicting theoretical physicist Albert Einstein amid the ongoing coronavirus COVID-19 pandemic in Istanbul, Turkey, 03 April 2020. Turkey suspended all international flights and all inter-city travels are subject to local authorities’ permission as part of measures to prevent the spread of the pandemic COVID-19 disease caused by the SARS-CoV-2 coronavirus. The country decided also to halt public events, temporarily shut down schools, and suspend sporting events. (Turquía, Estanbul) EFE/EPA/SEDAT SUNA

 

En su tambaleante camioneta, Bayram recorre las calles empinadas de un barrio popular de Estambul con un cargamento codiciado desde la entrada en vigor el sábado de un estricto confinamiento contra el coronavirus: cajas llenas de panes.

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Dos veces al día, por la mañana y al final de la tarde, este panadero de 42 años abastece a los habitantes de Küçükçekmece que esperan ansiosamente su visita.

Domingo a las ocho de la mañana. “Quien quiere pan? ¡Llegó el pan!”, grita Bayram por la ventana de su vehículo que conduce despacio.

“¡Panadero, dame dos!”, dice una mujer, con la cabeza cubierta con un pañuelo azul, haciendo bajar de su balcón al primer piso una cesta de mimbre colgada de una cuerda.

La camioneta se detiene, Bayram y su colega Murat abren las puertas y sacan las cajas. Ambos llevan guantes y mascarilla.

Por las ventanas y balcones aparecen varias personas y los pedidos llueven.

“A veces es difícil recordar todo: quién pidió qué, a quien se debe devolver dinero”, sonríe Bayram.

El pan es importantísimo en la cultura de Turquía, uno de los mayores consumidores del mundo. Cada turco come en promedio unos 150 kilos de pan al año.

El gobierno anunció el viernes un confinamiento en las 30 ciudades más grandes durante el fin de semana para intentar contener la epidemia de COVID-19, que deja más de 1.100 muertos y 52.000 contagios en Turquía.

Cuando se anunció esta medida, que, sin embargo, debe levantarse el domingo por la noche, miles de turcos acudieron a las panaderías para guardar provisiones.

Ante esas compras de pánico, el gobierno tuvo que tranquilizar a la población afirmando que no le faltaría pan.

En algunos barrios, la municipalidad hace incluso distribuciones gratuitas.

Aprovechando la situación, un panadero un poco codicioso triplicó su precio de venta, un sacrilegio que le valió la furia de los medios de comunicación y una fuerte multa.

Bayram ha mantenido su precio de venta a 1,5 libras turcas (20 centavos de euro) la unidad.

El sábado, en el primer día del confinamiento, vendió solo 2.100 panes, contra 4.000 en tiempos normales.

A eso debe agregar ahora el costo del combustible consumido durante sus recorridos. Y podría ser necesaria otra inversión si el confinamiento se prolonga.

Señalando a su colega Murat, cuya voz está ronca a fuerza de tanto gritar, Bayram dice: “Si esto continúa, compraremos un megáfono”.

Con información de AFP