La otra cara: “El ave fénix de la democracia” por José Luis Farías

La otra cara: “El ave fénix de la democracia” por José Luis Farías

A sus noventa y cuatro años de edad, en un artículo reciente, Henry Kissinger instó a las democracias del mundo a que “deben salvaguardarse los principios del orden mundial liberal”.

En cierto modo, el legendario ex secretario de Estado les ha recordado la tarea de mantener efectivos los réditos políticos de la victoria proclamada por el liberalismo el 9 de noviembre de 1989 cuando cayó el Muro de Berlín, hoy olvidada por el furor <<nacionalpopulista>> de Trump que amuralla a los EE.UU y asienta el Brexit que aísla al Reino Unido, abandonando el liderazgo mundial que deberían asumir en la lucha contra la pandemia.

Despierta la atención el tino de Kissinger frente a semejante descuido en la defensa de la democracia liberal, tan asediada por sus opositores debido a los continuos errores y debilidades que han copado su práctica en el mundo.





Para un hombre de la estatura política e intelectual del antiguo Secretario de Estado, la defensa y el cuidado de la democracia liberal, en medio de la crisis que nos acogota, es una tarea de primer orden. Prioridad confirmada en las dos frases de alto tono dramático con las cuales cierra su lúcido escrito alertando que “el desafío para los líderes es manejar la crisis mientras se construye el futuro”. Porque “el fracaso podría incendiar el mundo.”

Los padecimientos alojados en el maltrecho cuerpo de la democracia liberal, por la continua violación de derechos humanos, se pudieran reproducir exponencialmente, debido a los efectos destructivos de la crisis sanitaria del COVID-19 sobre la economía y la sociedad, barriendo con ella en muchos países o conculcando buena parte de su contenido liberal.

La mesa está servida

Las recientes y frágiles democracias liberales instituidas en países pobres de América Latina, Europa oriental, Asia y África, que terminarán más pobres después de la crisis, pueden ser fáciles víctimas de la falta de escrúpulos de dirigentes políticos y militares sedientos de poder que sentirán les habrá llegado el momento de asaltarlo.

Aunque a decir verdad la inestabilidad será para todos los gobiernos porque la crisis económica y social no dejará a nadie por fuera, solo con distingo de intensidad conforme sean más ricos o más pobres.

Cuando hablamos de los daños de la crisis sobre las heridas de la democracia liberal vamos más allá de los que hoy destacan en los desafueros de Viktor Orbán en Hungría, por la vocación autoritaria del personaje. En el gobierno por decreto impuesto por Nethanyou en Israel, cobijado enla naturaleza excepcional de la crisis. En el proyecto de ley de limitar el derecho de asilo y permitir que se detenga a personas sin juicio por tiempo ilimitado,enviado por el Departamento de Justicia al Congreso de EE.UU. O en el control del Big Data por democracias en Asia.

Estamos destacando los excesos que vendrán fruto de los déficits económicos, las deudas, la pobreza, la agudización de los conflictos sociales, la xenofobia y los desafueros demagógicos de líderes políticos que harán más lenta la recuperación de los países mas pobres.

Se abre el camino a la expansión de lo que Fareed Zakaria catalogó como<<democracias iliberales>>para identificar a los regímenes que una vez llegado a los gobiernos por la vía del sufragio desmontan los contrapesos constitucionales para violar los derechos civiles y políticos de adversarios y ciudadanos en general.

Hay riesgo del regreso o de la consolidación, según sea el caso, de la práctica de desempeño despótico que durante años ha pervivido en Latinoamérica a través de gobiernos con legitimidad de origen más no de desempeño como los de Fujimori en Perú, Chávez en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, los Kirchner en Argentina y Evo Morales en Bolivia,

El riesgo de un frenazo de la globalización apuntalado por los aislacionismos nacionalistas de Trump y el Brexit, y la incapacidad de Europa para una respuesta de conjunto a la crisis, atizada por las recriminaciones entre los países del norte y los del sur del continente, pueden debilitar las presiones sobre los regímenes autoritarios. La mesa está servida para que la tentación autoritaria se desborde.

En el rincón oscuro

Los datos comienzan a revelar las graves dimensiones de una crisis que empuja a la democracia liberal hacia el rincón oscuro de la crisis económica y sanitaria creada por la pandemia. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional indican una caída de -5,2% del PIB para América Latina y El Caribe.

A la vuelta de la equina la crisis del COVID-19 dejará un lastre de problemas con los que muchos gobiernos democráticos no están en condiciones de bregar.

Kristalina Georgieva, directora del FMI, dijo que “hace solo tres meses, esperábamos un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros en 2020. Hoy, ese número ha cambiado: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo este año”,

La crisis económica “podri?a significar un retroceso de una de?cada en la lucha contra la pobreza y, en algunos casos, de hasta de 30 an?os”, se estima en un documento de trabajo de “Estimaciones del impacto del COVID-19 en la pobreza global” de UNU-WIDER, Helsinki.

Es un ambiente incierto por delante, sin líneas claras de acción, sin solidaridad y con casi nula colaboración, con cada país amurallado creyendo que sólo así se salvará de los efectos del mortal virus.

Muchos gobiernos democráticos han sido sorprendidos con los pantalones abajo por la crisis, sus endebles economías serán reventadas por déficits que los obligarán a endeudarse para sanear sus grandes cuentas y recuperar lenta o muy lentamente, en dos o más años, los ritmos de crecimiento que traían.

Los severos conflictos sociales y políticos internos debilitarán las capacidades para construir los consensos necesarios para salir adelante en América Latina. El futuro luce complicado en naciones como Chile con una aguda crisis previa a la actual y Argentina que no encuentra cómo salir del nefasto legado del kirchtnerismo.

La Organización Mundial del Trabajo (OIT) destacó que la pandemia “hará desaparecer globalmente, solo entre abril y junio de este año, el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo.”

La OIT dijo que “también se espera que el subempleo aumente a gran escala, ya que las consecuencias económicas del brote del virus se traducen en reducciones en las horas de trabajo y los salarios.  El autoempleo en los países en desarrollo, que a menudo sirve para amortiguar el impacto de los cambios, puede que no lo haga esta vez debido a restricciones en el movimiento de personas (por ejemplo, proveedores de servicios) y bienes.”

Un amplio trabajo de la ONG OXFAM informó que “recientes ana?lisis demuestran que la crisis econo?mica provocada por el coronavirus podri?a sumir en la pobreza a 500 millones de personassi no se toman medidas dra?sticas y urgentes.”

La multiplicación de la pobreza en un tris es un cuadro desalentador. Hay dudas, por las posible re-localización de la producción, si podrán sostenerse las ventajas de la globalización que permitieron de la pobreza a cientos de millones de personas en Asía y América Latina a un ritmo sorprendente en las últimas tres décadas.

En riesgo el espacio ciudadano

Los posibles daños que se pudieran causar sobre las democracias liberales apuntan hacia el incremento de las restricciones sobre los derechos civiles y políticos, convirtiendo la libertad de expresión en blanco de ataque predilecto.

Las  lesiones de los derechos sociales y económicos acentuarán las desigualdades favoreciendo climas de ingobernabilidad en los países haciéndolas pasto de aventureros de toda laya y signo ideológico con ansias de poder.

Las advertencias sobre los males preexistentes de las democracias liberales han sonado recientemente con mucha persistencia. El informe de IDEA Internacional sobre “El estado de la democracia en el mundo 2019″había señalado que no hubo otro momento en la historia “desde la de?cada de 193 en que se haya cuestionado ma?s el valor, la viabilidad y el futuro de la democracia”. La advertencia nos habló de los <<desafíos>>a enfrentar para <<revivir su promesa>>.

“El espacio ci?vico -denuncia el Informe de IDEA- se esta? contrayendo, tanto en las democracias antiguas como en las ma?s recientes. Las democracias experimentan descensos en las libertades civiles, restricciones a la sociedad civil y limitaciones a la libertad de expresio?n.”

El espacio ciudadano, ganado en luchas históricas contra los autoritarismos de todo signo, peligra y es necesario alertar de ello. No pretendemos hacer futurología sino destacar lo obvio, la ruta y la fuerza que llevan los acontecimientos actuales. Las democracias nacientes de muchos países en desarrollo pueden sufrir retrocesos e incluso hasta desaparecer por lapsos considerables de tiempo mientras se restablecen las condiciones para la reconquista democrática.

En las reflexiones de los intelectuales ya aparecen las  analogías de la crisis económica generada por la pandemia con el “Crack de 1929” que debilitó buena parte de las endebles democracias liberales surgidas después de la 1ra. Guerra Mundial para dejarlas atrapadas en las redes de los totalitarismos.  Existen muchas diferencias, por supuesto, sin embargo es necesario tener en cuenta ese referente histórico.

En su “Historia del siglo XX” Hobsbawm nos recuerda que “Considerando al mundo en su conjunto en 1920 habían treinta y cinco o más gobiernos constitucionales y elegidos (según como se califique a algunas repúblicas latinoamericanas), en 1938, diecisiete, y en 1944 aproximadamente una docena.”

Las equivocadas prácticas de las democracias liberales envueltas en casos de corrupción, desatención a las desigualdades y saturadas de ofertas incumplidas en las tres últimas décadas, después que el liberalismo se sintió solo sobre el ring tras la caída del comunismo, las han erosionado profundamente.

¿Venezuela una excepción?

Las perspectivas no son auspiciosas para la democracia liberal en el mundo, pero los problemas de gobernabilidad también los sufrirán los regímenes autoritarios que se sentían firmes y perpetuos.

Hay una contracción acumulada de casi el 70 por ciento entre 2013 y 2019. A la cual habrá que sumarle el -25% proyectado por el FMI para el 2020.

El economista Asdrúbal Olivares señala que para este año “el estimado inicial de las remesas era de 4.000 millones de dólares y lo han bajado a 2.400 millones de dólares.”

La presión de la xenofobia y el desempleo en los países vecinos adonde habían migrado los venezolanos ya tiene a miles en la frontera buscando regresar sin que se les permita el ingreso al país.

El desabastecimiento de alimentos amenaza con reaparecer, lo poco que se ha cosechado no hay cómo llevarlo a las ciudades por las falta de combustible para el trasporte. La falta de gasolina hunde el país en el caos.

En una semana el dólar dobló su precio en bolívares y amenaza con seguir ese ritmo para que la hiperinflación retome su aceleración.

La “operación antidrogas más grande de Occidente” anunciada el 1 de abril por el gobierno de Trump con el respaldo de 21 países, que tiene como blanco principal a Maduro, por cuya cabeza ofrecieron días atrás 15 millones de dólares, junto con ofertas similares por otros trece miembros de su equipo, representa una enorme presión sobre la Fuerza Armada  Nacional.

Aunque la propuesta del “Marco Democrático para la Transición” de que “alto mando militar permanezca en sus cargos durante la transición” es una “garantía muy tentadora” ha dicho Roció San Miguel, abogado especialista en el tema militar venezolano, recientemente  en una entrevista para “La Gran Aldea”.

San Miguel, fue aún más allá: “La transición será decidida por los militares en Venezuela. Que no quepa la menor duda. Son el centro de gravedad para destrabar la crisis política.Ojalá exista conciencia en el liderazgo interno de la Fuerza Armada sobre la importancia de una transición pacífica para la historia de Venezuela”.

Suena a paradoja que la crisis que amenaza la democracia liberal en el mundo sea una oportunidad para renacer como ave fénix en Venezuela, pero no es imposible.