Hoy día estamos viviendo una locura en todo el planeta a causa de la pandemia del coronavirus, que nos ha puesto en jaque a toda la humanidad en todos los aspectos. De un día para otro, lo que comenzó en Wuhan (China) nos convirtió de meros espectadores a actores principales de un nuevo orden mundial. Está aquí, es hoy, es mañana, está en desarrollo, y es alertado por muchos a través de diferentes medios de comunicación.
¿Estamos preparados para este cambio? ¡no lo estamos! Cada uno de nosotros nos preguntamos: ¿Qué va a pasar con el mundo que conocemos? ¿Qué cambios se darán en nuestros países? ¿Cambiarán las instituciones, las familias, los individuos, nuestros trabajos, las empresas?
No tengo las respuestas, creo que nadie las tiene. Todos experimentamos una gran incertidumbre, y la única certeza versa sobre la afirmación de que llegó el momento de construir futuro. Es responsabilidad de todos trabajar mancomunadamente en la creación de un mundo ideal, en el que generaciones tengan oportunidad de vivir en verdadero bienestar social y armonía con nuestro planeta, y para ello, se hace menester consolidar bases sólidas en varios aspectos. Este artículo asoma uno de ellos: la discusión sobre la necesidad de una nueva sociedad global.
Hace poco, varios medios de comunicación transmitieron en vivo la bendición “Urbi et orbe” del santo Padre Francisco, en la que expresó: “Hemos continuado imperturbables, pensando mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”. Sí, vivimos en un mundo enfermo, con una sociedad enferma, que urge de transformación.
En este orden de ideas, tomaré como punto de partida la famosa frase del psicólogo Viktor Frankl, autor del best seller “El hombre en busca de sentido”: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el reto de cambiarnos a nosotros mismos”. Este es nuestro punto de partida. Si queremos generar cambios debemos comenzar por cambiar nosotros mismos, como integrantes del conglomerado social, y posteriormente hay que procurar la conformación de capital social en pro de reforzar y transformar sociedades enfermas. Cambiemos para bien, para mejorar nuestro mundo. Tú, yo, cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de crear un nuevo orden mundial.
El comportamiento ciudadano siempre ha estado sometido a condicionantes políticos y económicos como colonialismos, golpes militares, consecuencias económicas tras la implementación de medidas impuestas por organismos internacionales. A través de la historia de la humanidad, todo esto ha configurado estilos de vida y definido el pensamiento de los habitantes en una determinada localidad. Igualmente, contingencias cargadas de condicionantes psicológicos, espaciales y normativos influyen en el cambio de las prácticas sociales. Por esta razón, se debe asumir posturas y ejecutar acciones a este respecto.
Henry Kissinger ex secretario de Estado norteamericano expresó “Las democracias del mundo necesitan defender y sostener los valores de la ilustración” en reciente publicación que realizó en el The Wall Street Journal para abordar el tema de la crisis mundial causada por el COVID_19. Así mismo, advierte: “El desafío para los líderes es manejar la crisis, mientras se construye el futuro. El fracaso puede incendiar el mundo”.
Marquemos la pauta del cambio, escribamos cada uno de nosotros el libreto del nuevo escenario, construyamos juntos un Nuevo Orden Mundial. ¡Comencemos ya con una #Ciudadanía EnAcción.
Alix Navarro
@panchita_7