Griselda Reyes: No dejemos a nuestros estudiantes a la buena de Dios

Griselda Reyes: No dejemos a nuestros estudiantes a la buena de Dios

Ha transcurrido mes y medio de cuarentena y casi 7 millones de niños y adolescentes y cerca de un millón 200 mil estudiantes universitarios venezolanos no han podido continuar sus estudios ordinarios correspondientes al año escolar 2019–2020. La pandemia de Covid-19 agarró a todos por sorpresa y obligó a las autoridades a suspender las clases, incluso antes de decretar el aislamiento voluntario.

El Ministerio de Educación ha improvisado un esquema de educación a distancia a través del canal oficial VTV, el cual deja mucho que desear por la poca calidad de contenidos y la nula preparación del personal docente que está impartiendo esas clases. Padres, representantes y el gremio de maestros y profesores en general, han lanzado un alerta sobre la mediocridad que impera en ese intento de “enseñar”, a través del Plan Pedagógico de Prevención y Protección, Cada Familia, Una Escuela.

A quienes tenemos hijos en edad escolar, nos preocupa enormemente qué va a ocurrir con ellos, porque cuando se adopta la decisión de suspender actividades, ya habían cursado las dos terceras partes del año académico. ¿Los obligarán a repetir el lapso completo? ¿O los promoverán a todos hacia el lapso siguiente sin hacer las evaluaciones reglamentarias?

Desde la organización política que me honra dirigir, Acción Ciudadana en Positivo (ACEP), organizamos un foro–chat en el que intentamos evaluar los nuevos paradigmas de la educación post pandemia, que contó con la magistral participación del profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Leonardo Carvajal y doctor en Educación por la Universidad de Barcelona, España, con 50 años de ejercicio profesional.

Sus campos de trabajo son la historia de la educación y las políticas educativas, pero antes de conversar sobre los paradigmas de la educación post Covid-19, nos aterrizó en un punto que no preveíamos: la culminación del año escolar 2019–2020 para esos 9 millones de niños, adolescentes y jóvenes que cursan desde preescolar hasta la educación universitaria, pasando por la educación básica, media y diversificada.

Entendemos perfectamente que las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), no llegan a todos los estudiantes del país por razones de costo, de Internet y hasta de fallas eléctricas. Así que la propuesta que lanzó al ruedo Nicolás Maduro, cuando decretó la suspensión de clases, de apalancarse en las TICs para continuar las actividades académicas a fin de que los muchachos no perdieran el año, quedó en un simple anuncio gubernamental.

¿Cómo va a culminar el Ministerio de Educación el año escolar con tantas limitaciones? No solamente 95% de los estudiantes no tiene acceso a computadoras, tablets o dispositivos móviles inteligentes, sino que la conexión a Internet en Venezuela es la más lenta de toda América Latina y tampoco llega a la totalidad de la población venezolana.

A esto hay que agregar que desde hace un par de años, el país sufre un racionamiento agónico de energía eléctrica –especialmente en el interior–, que somete a los ciudadanos a prolongados períodos sin electricidad, lo cual dificulta su acceso a Internet u otro medio de comunicación social.

Pero más dramático es el hecho de que miles de profesores tampoco tienen acceso a las telecomunicaciones, no tienen experiencia con ellas o simplemente carecen de los conocimientos para poner en práctica esas técnicas de comunicación e información, es decir, no están preparados para tener una interacción por esa vía con sus estudiantes.

El profesor Carvajal señaló que en estos casos, la propuesta más viable es retomar la experiencia de la televisión educativa, que en Venezuela tiene 50 años. ¿Por qué? Porque la televisión es el medio masivo por excelencia.

Correspondería al Ministerio de Educación convocar a los expertos en tecnología educativa y en técnicas de comunicación e información, a las academias, gremios docentes, a las tres organizaciones principales de educación privada: Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados –Andiep–, Asociación Venezolana de Educación Católica –AVEC– y la Cámara Venezolana de la Educación Privada –Cavep–, a los mejores maestros y profesores de las distintas áreas en primaria y de las distintas asignaturas de bachillerato.

Estructurar un equipo de profesionales en cada asignatura, con experiencia docente y que además tenga el saber y el poder desenvolverse en televisión, permitiría a los estudiantes adquirir los conocimientos necesarios para culminar su año.

Si hay verdadera voluntad política, esta experiencia puede ponerse en práctica a partir del 15 de mayo y hasta el 30 de julio. Vale la pena hacer el esfuerzo, para garantizar que nuestros hijos culminen de manera correcta su año escolar, con la esperanza de que pase la pandemia de Covid-19 y el venidero período se inicie en los meses de septiembre y octubre, como tradicionalmente se corresponde para la educación básica y media y diversificada, respectivamente.

La televisión sigue siendo el medio masivo por excelencia, y a pesar de las fallas eléctricas, se puede hacer un esfuerzo humano y técnico para garantizar la culminación del año escolar. Venevisión, Televen, VTV y TVES, que son los canales de mayor penetración, pudieran hacer una alianza junto a la red de televisoras regionales, para que los programas educativos lleguen por igual a todo el país.

Propuestas como las presentadas por el profesor Carvajal, son una demostración de buena voluntad, de que cuando se quieren hacer las cosas bien, se pueden hacer. Tal vez no podamos dar respuesta a la preocupación que se genera frente a aquellas materias que son prácticas y no tienen profesor, pero bajo ninguna circunstancia podemos dejar a nuestros estudiantes a la buena de Dios. Ejerzamos presión como ciudadanos, para que nuestros hijos culminen su año académico dentro de la normalidad posible en medio de tanta anormalidad.

@griseldareyesq

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