Abraham Sequeda: Campus Universitario y renta

Abraham Sequeda: Campus Universitario y renta

La gratuidad de la universidad o más específicamente, la educación universitaria, siempre ha sido tema de discusión en Venezuela; al final siempre se termina con la misma conclusión; la renta petrolera va a seguir sosteniendo a la Universidad. La universidad es pública cuando recibe fondos del estado y los costos por matrícula anual son bajos o no existen como ocurre en las universidades autónomas venezolanas. Las universidades son privadas cuando reciben recursos desde la empresa privada o de fondos manejados por organizaciones no gubernamentales o exclusivamente del pago de matrícula de sus estudiantes, y los costos por lo tanto son elevados.

Una universidad puede financiarse, para sus gastos, dotaciones, investigaciones; recibiendo donaciones de empresas privadas, organizaciones nacionales e internacionales. También, los ingresos  pueden ser obtenidos de la creación, invenciones o patentes, venta de bienes producidos en la universidad y prestación de servicios; a través de fondos producto de campañas de recaudación, de las tasas que pagan los estudiantes por sus inscripciones y por subvenciones públicas con el objetivo de fomentar  proyectos de investigación. 

En algunas universidades, los estudiantes que habiendo logrado éxitos económicos gracias a sus estudios en la institución, se transforman posteriormente en los nuevos benefactores. Los recursos pueden provenir, de organizaciones no gubernamentales, que operan como empresas que gerencia recursos financieros. Por porcentajes o fracciones, provenientes del patrocinio a investigaciones en condiciones de laboratorio o a campo abierto. Las universidades no solamente pueden, sino que deben poseer capitales sociales, manejados por una empresa financiera de la propia universidad que le permita ser sostenibles en el tiempo y asegurar a largo plazo poderosos resultados en educación e investigación.





La productividad y eficiencia se procura con carreras o programas académicos, dinámicos y más especializados. En las universidades más prestigiosas, además de carreras tradicionales, se incluyen variaciones o especificaciones; por ejemplo, si se trata de la  medicina se ingresa la opción de medicina dental. Así también existe el Ingeniero financiero, la Tecnología en Control de Calidad; carreras específicas en diseño, salud pública, artes y educación. 

Las matrículas, deben cumplir con regulaciones gubernamentales si es que estuviesen estas presentes. Los estudiantes pueden optar a tasas más bajas o descuentos, bajo la modalidad de subvenciones, becas o préstamos. Los requisitos pueden ser de acuerdo, al rendimiento estudiantil, su productividad en materia de creación intelectual, en actividades de apoyo al campus, entre otros. Los costos de matrícula también pueden ir disminuyendo a medida que se avanza en la carrera. El equipo directivo, debe saber exactamente cuánto le cuesta a la universidad graduar a un estudiante, para conocer la cantidad de recursos económicos y donde obtenerlos. 

En el futuro cercano debe eliminarse el uso directo de la renta petrolera o el principio macabro de distribución o redistribución de riqueza, para el mantenimiento de las universidades; presumiendo que somos un país rico porque hay petróleo. La universidad de calidad, se fundamenta en la evaluación de sus resultados: en cuanto a egresados altamente calificados y la propia sostenibilidad del campus. Obviamente en necesaria la robustez, del entorno donde se encuentra y funciona la universidad, la ciudadanía, la libertad, la institucionalidad y la eficiencia en la gestión pública.