La debilidad de la revolución y la fortaleza de la ciudadanía, por José Machillanda

La debilidad de la revolución y la fortaleza de la ciudadanía, por José Machillanda

 

El conflicto abierto al cual apuesta el régimen de Maduro desde el 2017, su llamado permanente a la lucha armada, a la preminencia del Ministerio de la Defensa y la casi completa militarización del espacio social venezolano, hablan inequívocamente de la gran debilidad y soledad que acusa el régimen soportado por el cubanismo y de espaldas a las demandas prescritas y pospuestas de los venezolanos, que mantiene a la mayoría de los venezolanos en estado de Calamidad Político Social. Toda esta realidad crea un ambiente de la explosión social. El grueso de los venezolanos de las clases C, D, E y F son menos que grupos marginales que luchan por subsistir, pero aun así son conscientes y verifican la inmensa debilidad de quienes siendo gobierno no han sido capaces de responder como tal, pero si como un Estado Cuartel. Estado Cuartel en contra de la ciudadanía.





Por José Machillanda

El gobierno ordena ejercicios armados, organiza toma policial en los barrios, controla avenidas y carreteras, impone cadenas de radio y televisión, ahoga con propaganda el espacio radiofónico y televisivo para promover acciones armadas contra otros Estados, pero no hace ni sabe Política. La política le es extraña, por cuanto ella demanda de ciencia, tolerancia, perseverancia, ética y realismo socio-político. Un gobierno debe ser político, en consecuencia, emplear su burocracia estatal, pero este gobierno se diluye en maniobras armadas, anuncios fraudulentos y fintas de imaginarias acciones desmentidas ya por el venezolano sufrido, harto y a punto… de la Explosión Social responsabilidad del régimen militarista.

El régimen y su acólitos muestran una marcada tendencia al empleo de la violencia para disimular el Resquebrajamiento, que sigue y crece como reacción de un organización cerrada, piramidal, donde se privilegia al delator, al caporal, y al comisario político. Pero aun así, la violencia y abuso que afecta a lo interno del cuerpo armado, muestra la descomposición interna y refiere la falta de mando y comando, enorme inoperatividad por culpa de de quienes a cada momento son llamados y proclaman una operación armada, lo que muestran su gran debilidad militar. El régimen ignorante y quienes le están cercanos a la toma de decisión, desconocen que si no hay logística es imposible la táctica y la estrategia, que son las que hacen posible la guerra.

La guerra o violencia a la cual está atado el régimen muestra su brutal debilidad e incapacidad para accionar políticamente, no obstante logra imponer mensajes pero nunca acciones y, por incapaz, se olvida que la guerra es ciencia y requiere de política y estrategia, en consecuencia, obligatoriamente de un Poder político y un mando militar que sepa de táctica. Este régimen grotesco y farsante carece de ambos. La guerra, combate o confrontación bélica, demanda d una gran moral y don de mando, y todo que se ha negociado está ausente en su formación y accionar habida cuenta que ellos son una revolución. Revolución como Estado excepcional de defensa que vive un conflicto abierto y sin sentido estratégico para la nación venezolana.

La debilidad del régimen es harto notable, es equivalente a su permanente provocación a la guerra, que no puede ejecutar por cuanto está cercado internacionalmente… además que otea una explosión social, porque la sociedad en su mayoría le es adversa y desprecia el Estado Cuartel. Ese Estado Cuartel que está enjuiciado por ser parte de carteles de la droga. El régimen está cercado por el mundo, es despreciado por la mayoría de los venezolanos, su condición político internacional es de inmensa debilidad, en consecuencia, su morisqueta hacia la guerra y por la guerra constituye -desde ya- un descalabro cercano a la locura.

La política como ciencia del poder y la estrategia como norma de la guerra se impondrá como arte para gobernar, el Estado Cuartel de Maduro sucumbirá ante la sociedad democrática. Sociedad democrática que es la base y razón central de quienes juran como gobierno y la revolución se distancia por su ideología e incapacidades para de pronto asumir por ignaros: que pueden llamar a la violencia y mucho menos a la guerra. La guerra como choque natural o violencia, para obligar a un enemigo no ocurrirá en Venezuela. La sociedad venezolana democrática tiene claro que este régimen bufón está de salida, por incapaz y retrogrado pero además, por cobarde y corrupto que ha conseguido compañeros de camino torpes e irresponsables, que todavía no comprenden que la guerra es del Estado. Venezuela aspira un Estado de orden y de paz en el siglo XXI y jamás los amagos de GUERRA de unos ilusos revolucionaros incapaces y corruptos.

Dr. José Machillanda
Director CSB-CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 12 de mayo de 2020