Néstor Suárez: Venezuela necesita un Plan de Vuelo al primer mundo

Néstor Suárez: Venezuela necesita un Plan de Vuelo al primer mundo

Desde 1958 a la fecha ha habido un consenso básico en la dirigencia pública y privada y la clase política Venezolana, en contra del capitalismo de libre mercado, y a favor del sistema intervencionista, estatista, socialista que existe actualmente. A favor del statu quo.

Por eso nadie discutía que el Estado debía intervenir por la fuerza en toda suerte de actividades económicas y en el cuidado del ambiente, así como en esferas muy personales como salud, educación, familia, deportes y cualquier otra cosa. Ni que para cumplir tan amplia gama de funciones, debe contar con facultades, poderes y recursos ilimitados. Además, los Gobiernos defienden sus propias ideas en temas delicados como la crianza y educación de niños y adolescentes, sexualidad y creencias religiosas, y las imponen a la fuerza con sus omnímodos controles, y con el uso de su inmenso presupuesto. Porque también se aceptó que para sostener sus enormes gastos, los Gobiernos pueden decretar cuanto impuesto se les ocurra, imprimir billetes o dinero a discreción, generando con ésto continuas alzas de precios, y endeudarse sin límite. Y poseer bancos y empresas de toda clase, expropiar y confiscar lo que sea al sector privado cuando lo deseen, y /o gerenciarlas a través de regulaciones, y también poseer centros docentes, hospitales, clínicas, y cajas de jubilaciones, y gerenciar la de los particulares mediante leyes regulatorias.

Ese es el sistema. Ese es el modelo. Esa es la receta que nunca se discutió y el debate que no se dió. Tuvimos una debate muy pobre, que siempre evadió los aspectos ideológicos por confusión y complejos con el socialismo, por la trampa de la justicia social y el bien común. Por eso el debate se centró no en la receta sino en los cocineros. Es decir, en si Fulano es mejor que mengano, o zutano mejor que ambos (o peor). Si aparecía un grupo de personas como Rumbo Propio en el Zulia, que cuestionó el sistema, o sea el modelo, o la receta, todos de inmediato trataban de reprimirlos, silenciarlos o ignorarlos. Porque estaba en contra de ese consenso básico sobre el statu quo aceptado y aceptable para la dirigencia pública y privada.





Eso fué un grave error que en buena parte estamos pagando hoy. Por eso también la unidad fracasó en buena parte y no ha sido eficiente para lograr la salida. Por eso los cubanos con el chavismo y con el disfraz del socialismo del siglo XXI que es el neo comunismo, nos han sometido. La confusión, el enrredo, los complejos, la mentalidad y cultura anti libre mercado y capitalista ha facilitado a los destructores del socialismo lograr sus objetivos en Venezuela.

Por eso también la violencia política ha tenido causa. Su causa ha sido la falta de discusión ideológica. Cuando callan los argumentos, propuestas e ideas, hablan las balas y gritan las bombas. Es una ley natural de las sociedades que si la civilización retrocede, la barbarie asoma su descompuesto rostro de intolerancia, odio, violencia y muerte. Pero ¿quiénes fueron y ha sido responsables por no debatir las ideas? Hay una asimetría aquí: mientras el régimen socialista, comunista y responsable de la destrucción en todos los órdenes de la sociedad manifiesta sin complejos y sin escrúpulos lo que es y el modelo internacional de receta que propone, la mayoría de la dirigencia pública y privada y la clase política venezolana rehusó a una definición consistente en cuanto a la receta o propuesta del cambio del sistema.

F. A. Hayek, premio Nobel de Economía, decía que las grandes instituciones de la sociedad moderna se basan en una moral. Una moral que no es “natural”, sino el producto de una evolución, una evolución casi biológica, pero que afecta a las organizaciones sociales. Esta moral, no es natural, porque espontáneamente el hombre no tiende a respetar la propiedad privada o los contratos. Es la selección la que, actuando sobre el comportamiento moral, deja claro que, en el curso de los siglos, los los pueblos o sociedades que respetan los contratos y la propiedad se tornan más prósperos. Sin esa moralidad y valores, el capitalismo de libre mercado no podría existir. VENEZUELA se ha desviado y alejado de esos valores y de esa moral. Nos hemos alejado del Primer mundo y de las libertades.

Venezuela necesita conseguir coherencia y consistencia frente al socialismo en cualquier versión. Frente al relativismo, a la teología de la liberación, al Foro de Sao Paulo, frente a muchos impostores y farsantes que se encuentran en organizaciones internacionales como en la ONU y la UE. Farsantes y perversos impostores que hay que desenmascarar. Debemos se intransigentes ante el desorden y caos, creado por el socialismo. Necesitamos un Plan de Vuelo para lograr riqueza, prosperidad y bienestar para todos los venezolanos. Esa es la meta final y debe quedar claro. Necesitamos un Rumbo Propio al primer mundo. En esto repetimos, no por capricho, somos y debemos ser intransigentes e inflexibles en nuestros principios y valores, tenemos que recuperar la moral y la ética, aunque dialogantes y flexibles en todo lo demás, debemos resistir al socialismo no por capricho, sino porque no queremos pobreza, escasez crónica ni racionamiento como modo de vida, al que se nos quiere acostumbrar.

No es verdad que hay una izquierda buena y otra mala. En el mundo no hay caso alguno de socialismo exitoso. Todo socialismo es malo, así pretenda ser moderado, democrático o cristiano, porque destruye la economía de libre mercado, sin construir nada mejor en su reemplazo.

Es puramente destrucción.

La fórmula o receta para lograr riqueza, prosperidad y bienestar, es universal : Trabajo, ley y orden, y libre mercado o comercio. La misma que han utilizado los país es que han logrado éxito, como Singapur, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Irlanda, Alemania, USA, etc. Un Estado que permita la inversión y no interfiera con la economía privada. Tampoco puede tener una moneda débil ni salarios de hambre. Solo leyes sabias y justas.

Hay que ir a lo esencial, tenemos que recuperar primero la libertad y poner orden en la casa para poder crear riqueza. Tenemos que hacerlo lo más rápido posible, antes de que sea imposible hacerlo en democracia. La democracia ilimitada y sin contención de ningún tipo en Venezuela en manos del socialismo y con apoyo de una cúpula militar corrupta, se ha tornado inmoral, injusta y totalitaria. Hemos perdido la autonomía, estamos drogados, dependientes del Estado y ésta perversión y plan tercermundista conduce a la destrucción.

Ese es el debate. Necesitamos cambiar de sistema y no solo de Gobierno. Necesitamos desestatizar la sociedad. Necesitamos desregular y derogar todas las leyes malas. Necesitamos un cambio de dirección y rumbo. El estatismo y el socialismo es el problema. Tenemos que pasar o superar el tercer mundo en el que nos tienen metidos y pasar al primer mundo.

En Singapur que es sin duda alguna uno de los mejores éxito para crear riqueza, prosperidad y bienestar, requirieron poner orden, leyes y tribunales sabios y justos, además de servicios públicos eficientes, carreteras y puentes, aeropuertos de primer mundo, infraestructura moderna, pocos impuestos y cargas públicas, muchas empresas privadas, con suficiente recursos de capital, capaces de sostener el proceso continuo de creación de riqueza.

Un pueblo hambriento no razona ni atiende razones, y menos si no está bien educado, y está confundido y acomplejado. Cualquier canto de sirena populista y demagógico lo puede seducir de nuevo. Por eso una cosa es crear riqueza y otra es democracia. Según Lee Kuan Yew el padre del éxito de Singapur, cinco países en el siglo XX demostraron la necesidad de crear riqueza, prosperidad y bienestar primero antes que permitir una democracia ilimitada y débil. España (1936), Taiwán (1949), Corea del Sur (1951), Singapur (1965), y Chile (1973).

Finalmente, Lee Kuan Yew, recordó en una cena ofrecida al ex-presidente alemán Helmut Schmidt, éste preguntó si algún día China sería una democracia. Todos se echaron a reír. Hon Sui Sen, uno de los asesores de Lee Kuan Yew, ampliamente conocido y respetado en Asia por su trabajo en el plan económico, respondió: ” En 1300 millones de habitantes, casi la mitad analfabetas en ese momento, no pueden elegir Presidente, y mucho menos diputados, que son más importantes porque tienen el poder de hacer y derogar leyes, que pueden ser sensatas o no, y si lo son, no importa si el Presidente no lo es, puesto que le fijan un límite, pero si no lo son, el desastre está hecho, aunque el Presidente sea un genio”. Y luego, Lee le explicó a Schmidt que China, patria de sus ancestros, por milenios solo conoció dinastías corruptas, anarquía, conquistadores, caciques guerreros y dictadores.” Y remató diciendo “Schmidt es un hombre inteligente, de inmediato se dió cuenta de lo absurdo de su pregunta”.

En el caso venezolano, y en nuestro plan de vuelo al primer mundo, quizás por todo lo que estamos viendo y viviendo, surge la siguiente pregunta, después de la destrucción de todas las instituciones y la pérdida de muchos valores y entre ellos el de habernos desviado y alejado de la moral y la ética, ¿estaremos preparados los venezolanos para lograr éste plan de vuelo al primer mundo, en democracia?

Ese es un tema que abordaremos más adelante