“No estamos en contra de las medidas que se tomen, pero quién se va a quedar en casa sin agua, sin luz, sin gas y sin comida”, fue la denuncia de Nidia Sequera, líder de la comunidad Agua Viva Centro en Cabudare, donde las fallas de los servicios públicos hacen más difícil la vida, que viene sufriendo golpes a causa de la pandemia del coronavirus y sus efectos.
Por Eduardo Soteldo | LA PRENSA de Lara
Uno de las denuncias que con más insistencia exponen los habitantes es la escasez del gas, aseguran que desde el 01 de mayo “les están tomando el pelo”, con que falta poco para que llegue el camión con los cilindros, sin embargo, al sol de hoy no han obtenido respuesta.
Sequera, comentó que se ha desplazado a todos los entes competentes para solucionar el problema del gas doméstico pero no ha encontrado una solución para esta problemática, que es solo uno de las graves fallas en los servicios que presentan.
Escasez de agua, falta de internet, apagones y una caja del CLAP que llega cada dos meses mantienen en zozobra a la comunidad.
La misma mujer comentó que ahora las fallas con la conexión al internet se han vuelto un dolor de cabeza, pues a los niños, debido a la cuarentena y a la suspensión de clases presenciales, les asignan tareas que deben ser enviadas por correo o WhatsApp, una labor cuesta arriba ante la inexistente conexión a la red.
“Es una comunidad humilde, vulnerable que la quieran ver como si fuera rica es otra cosa”, aseguró Sequera, que se describe como una revolucionaria, pero revolucionaria “consciente” de las “necesidad que estamos pasando”.