Anarquía minera en El Callao deja 10 muertos en menos de 48 horas y un pueblo en zozobra

“Desde que mataron a Carlitos Clark se quieren agarrar su mina”. Esta es la afirmación de una habitante del municipio El Callao, al sur del estado Bolívar, sobre las 10 muertes en presuntos enfrentamientos entre funcionarios de seguridad y grupos irregulares armados, que se dieron entre el 26 y 27 de mayo.

Por Jhoalys Siverio / correodelcaroni.com





De los 10 fallecidos, dos eran funcionarios militares. El primer enfrentamiento, según la versión oficial, se dio aproximadamente a las 7:30 de la mañana del martes 26, en el sector Las Anzas, cuando funcionarios del Ejército realizaban un dispositivo de seguridad en la zona.

En el hecho murió el primer teniente Jesús Manuel González Gómez, de 31 años de edad, adscrito a la 511 Brigada de Infantería de Selva Domingo Antonio Sifontes. Su compañero, el sargento mayor de tercera Dervis Daniel Quintana, de 29 años de edad, resultó lesionado y fue trasladado a un centro asistencial en San Félix, municipio Caroní.

También perecieron otras cuatro personas no identificadas, quienes presuntamente eran miembros de las bandas de Jhon Valdez, alias el Toto; y José Vargas, alias Zacarías, pranes que operan en El Callao.

El caso quedó en manos de la Fiscalía Segunda del Ministerio Público en materia de Derecho Fundamentales del estado Bolívar.

Segundo enfrentamiento

Horas más tarde, cerca de las 4:30 pm, se dio un segundo hecho de violencia, en el que murió Rafael José Blanco Molina, de 29 años de edad, funcionario activo de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (Dgcim), así como otros dos miembros del grupo del Toto y Zacarías, estos eran apodados Canservero y el Chino. Este hecho tuvo lugar en el sector Hong Kong.

Ni ocho horas transcurrieron cuando los reportes oficiales dieron cuenta de un tercer enfrentamiento a las 12:00 de la noche del miércoles 27 en el municipio. Este también se dio en el sector Hong Kong, cuando funcionarios adscritos a la Delegación Municipal Tumeremo y el Eje de Investigaciones de Homicidios Bolívar (Base Tumeremo) investigaban el asesinato del agente de la Dgcim.

De este evento hubo dos occisos, cuyos apodos corresponden a el Tito y el Iverson, a quienes también se les relaciona con el mismo grupo irregular armado y su vinculación con los asesinatos de los funcionarios.

El Toto y Zacarías

El Toto y Zacarías son dos líderes de bandas mineras que operan en El Callao. El primero fue quien en noviembre del año pasado, según un comunicado que circuló en el pueblo, dio un ultimátum para que renunciara el alcalde Alberto Hurtado y ofreció un kilo de oro por su cabeza.

Ni la renuncia ni las amenazas se consumaron. Alias el Toto acusó al alto mando del régimen permitir que grupos guerrilleros ingresaran a territorio venezolano. También aseguró que el alcalde Hurtado recibió medio kilo de oro para su campaña electoral.

Alias Zacarías, por su parte, es a quien se le atribuye la matanza de siete personas el 21 de julio de 2019, en una parada de San Félix, municipio Caroní.

Disputa por el oro

Fue apenas el 8 de mayo cuando el pueblo de El Callao quedó conmocionado por el asesinato del cultor y minero Carlos Clark, considerado patrimonio cultural.

Su asesinato está relacionado por negarse a pagar una vacuna, un pago impuesto por el pranato de los pueblos mineros de Bolívar.

“Toda esa matazón que hay en el pueblo es por el oro, ahora quieren adueñarse de la mina de Carlitos Clark porque saben que tiene oro. Eso es una pelea continua entre los del gobierno y los pranes”, sostuvo otro residente de El Callao.

Lo cierto es que ni la pandemia por la COVID-19 ha detenido la violencia minera en Bolívar. Es de recordar que la noche del 6 de abril fueron acribillados el comandante del Ejército en Tumeremo, Ernesto Solís, y el sargento mayor de segunda Gustavo Flores, en una emboscada cuando regresaban al Fuerte Tarabay. Solís era acusado de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas en el pueblo y en las minas que tonó el Ejército desde la masacre en la mina Corregente, donde asesinaron a siete personas.

El megaproyecto del Arco Minero del Orinoco comenzó en 2016 promovido por Nicolás Maduro. Desde entonces los municipios del sur del estado Bolívar se han convertido en los más violentos del país, con la tasa de homicidios más altas, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).