En estos tiempos de crisis signados por la indolencia y falta de sentimientos nobles y generosos donde vale más parecer que ser, no puede pasar desapercibida, la permanencia útil de la trayectoria de vida de Socorro Reyes de Villavicencio. Fundadora de la Escuela “San Gabriel” hoy U.E. “César Arteaga Castro”. En el año 1.969 hace 51 años recorrió las calles de la populosa Parroquia San Bosco sus barrios Concordia. José Gregorio Hernández y todas esas viviendas que estaban a la orilla del Médano, calle San Bosco detrás del Colegio de Ingenieros, motivando a los padres para que inscribieran a sus hijos en la naciente institución educativa. Ella era la capitana del Equipo que ideó esa manera de buscar inscripción.
Su empeño y dedicación por encontrar matrícula fue excepcional, poseían el don natural de la palabra que convence, que acerca, que aglutina. Que siembra esperanza. No era maestra de mucho papel en el currículum era maestra de vocación con corazón de ser humano que busca el bien de todos. Los padres fueron receptivos confiaron, creyeron y la iniciativa educativa que perfilaba camino comenzó con seres humanos como ella que sembraron esta escuela promisora de mejores días.
La Maestra Socorro reunía condiciones de docente, amaba su trabajo de aula en el que prevalecía su prédica cristiana que forma el corazón conjugándolo con los objetivos del programa vigente o sea dando conocimientos cumpliendo la formación integral. Asumía su magisterio con transparencia y bondadosa generosidad. Madre a tiempo completo que diseñó un hogar con valores y principios.; Ciudadana comprometida con su Comunidad Veleña participando en todo lo que supusiera garantía de respeto, calidad de vida y progreso para su pueblo al que amó con devoción.
Por votación popular fue electa Concejal dando muestras de su honestidad y responsabilidad como correspondía a una mujer de su tiempo comprometida con la Justicia Social. La Escuela “San Gabriel” hoy “César Arteaga Castro” que conoció de su espíritu hacedor de bien lleno de gracia y el Equipo de sus compañeras de trabajo y la Comunidad de San Bosco guardan de su hacer infinitos recuerdos de su labor docente que tanto bien hizo a sus hijos alumnos de ayer. Cargada de años Mamachita se presenta a la Casa del Padre Omnipotente con sus manos rebosantes de buenas obras, ellas le valgan para gozar por años sin término de la dicha de contemplar el rostro de Dios.
Socorro Reyes de Villavicencio cumplió su misión, como ser humano, con sombras y luces, es más luminosa la antorcha que alumbró caminos, dio buen ejemplo, fue útil y deja huella. Cristiana ferviente de convicciones profundas que dedicó sus acciones a Dios.!!
Duerma en Paz el sueño de los Justos.!!!!