Corto y Picante: «Vuelvan caras» por José Luis Farías

Corto y Picante: «Vuelvan caras» por José Luis Farías

La difusión de un reciente e importante comunicado por parte de los partidos de la Unidad en torno a las condiciones electorales mínimas que deben existir no ha merecido, hasta ahora, ningún comentario relevante en los medios de comunicación, en los chat de Whats App a los cuales pertenezco ni tampoco he encontrado mayor reacción en el resto de las redes salvo su multiplicación por parte de la militancia partidista. El título del mismo es por demás elocuente de un interesante giro que advierto en la posición inicial del G-4 en torno a su negativa radical a participar en una eventual convocatoria a elecciones parlamentarias: *«FUERZAS DEMOCRATICAS COMUNICAN AL MUNDO LAS CONDICIONES QUE DEBEN EXISTIR PARA QUE HAYAN ELECCIONES LIBRES, JUSTAS Y VERIFICABLES».* En su contenido se precisa un decálogo de exigencias que eventualmente pudieran ser negociables como suele suceder con este tipo de planteamientos y en lo cual seguramente hay conciencia y coincidencia entre los autores firmantes del referido documento. Este «giro» que percibo es una buena señal de una eventual decisión a participar que pudiera acentuarse en los próximos días. Ojalá y esas exigencias se pase a una suerte de operación «Vuelvan caras», de una decisión de participar en la batalla electoral, como hiciera el famoso centauro José Antonio Páez en la batalla de «Las Queseras del medio», pese a todas las desventajas y obstáculos, que sorprenda al Pranato y lo obligue a permitir la participación o a impedirla cerrando cualquier posibilidad. Cualquiera de las dos sería muy buena para el rescate de la libertad y la democracia venezolana. Si cede, el triunfo opositor sería muy posible y si impiden la participación que lo hagan ellos ratificando su monstruoso totalitarismo que le produzca una nueva crisis política con repercusiones internas y externas muy graves y no que todo quede como una decisión nuestra en la cual le regalamos ese inmenso jamón de colgarnos un yunque al cuello para lanzarnos en el pozo de no participar.