Lluvia de virus son una amenaza para los venezolanos

Lluvia de virus son una amenaza para los venezolanos

La lluvia es bendición para unos y maldición para otros. En medio de una crisis sanitaria tan compleja como la generada por la pandemia del coronavirus, al venezolano se le suma la preocupación de enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya cuya propagación es a través del zancudo patas blancas que se reproduce en la acumulación de aguas blancas. Y es que, las precarias condiciones sanitarias en las comunidades y las nulas jornadas de fumigación deja totalmente expuesta a la población.

Por Osman Rojas D. | LA PRENSA de Lara





René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara, ve con tremenda preocupación como los esfuerzos del equipo sanitario en la región se han concentrado en el coronavirus olvidando enfermedades como el dengue o zika. “Es necesario mantener los programas de fumigación. En Lara hay zonas que deben tener constante vigilancia epidemiológica por estar cerca de quebradas y eso es algo que no se debe descuidar”, puntualiza.

Lo que más preocupa al gremio médico son los antecedentes que hay de brotes importantes de enfermedades con prevalencia en zonas tropicales. El dengue, por ejemplo, viene en constante aumento desde el año 2014 mientras que el zika, enfermedad que apareció en el 2016, sigue golpeando con fuerza a los sectores populares. “Sin jornadas de abatización los problemas son mucho mayores”, señalan los expertos.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ya advirtió sobre esta situación señalando que es necesario fortalecer los programas en el país. Dicen que la nación tiene los “pies de barro” haciendo referencia al sistema sanitario y a todos los problemas que hay con la medicina preventiva en el país.

Nadie lo controla

De acuerdo a los boletines epidemiológicos que se entregaron en el estado hasta mediados del año 2017 la enfermedad transmitida por un mosquito era la sexta causa de ingreso en los hospitales. En la red ambulatoria y en los hospitales pediátricos el dengue se ubicaba en el quinto lugar de ingreso. Los números subían dramáticamente durante las temporadas de lluvia.

Ruy Medina, exdirector de salud en Lara, explica que en estos momentos la situación es mucho más compleja. Sin planes de fumigación y con la proliferación de invasiones en zonas de alto riesgo (como las inmediaciones de una quebrada) el número de casos tiende a subir.

“El deterioro del sistema de salud es evidente. Hay problemas con la jornada de fumigación y eso incrementa los riesgos. Las zonas populares están sobrepobladas y eso complica cualquier jornada de prevención”, sostiene.

Lo que más preocupa a los médicos es la postura silente que han adoptado las autoridades regionales. Lejos de reconocer que hay un problema con la fumigación desde la Secretaría de Salud Ambiental siguen vendiendo un programa que no llega a las comunidades. En un sondeo realizado por el equipo periodístico del diario LA PRENSA de Lara el día 16 de junio se pudo constatar como vecinos de ocho de diez comunidades encuestadas decían que por sus casas no habían fumigado. Las personas aseguraban en su momento que, los servicios de fumigación que eran ofrecido por medio de las redes sociales eran pagos.

Decían los vecinos que esta situación se agrava mucho más con la crisis pues, hasta hace unos cinco años, las personas podían pagar por un servicio de fumigación pero, ahora, ese servicio es un lujo para la gran mayoría. “La gente no tiene 2 millones de bolívares para pagar por fumigación. El que tiene esa cantidad de dinero prefiere pagar eso en comida”, señalan los consultados.

Zika aún asusta

El zika es una enfermedad que no olvidan los venezolanos. Durante el primer trimestre del año 2016 apareció en el país una patología viral que tenía como síntomas la fiebre, el dolor de cabeza, el dolor muscular, la diarrea y el sarpullido. Esta enfermedad afectó a unas 5 millones de personas en todo el país y fue asociada con cientos de casos de hidrocefalia pues genera malformación en los fetos.

Ahora mismo la gente se siente nuevamente amenazada pues esta enfermedad podría reaparecer con las lluvias.