El recóndito territorio de un país sudamericano que lleva más de 100 días sin casos de Covid-19

El recóndito territorio de un país sudamericano que lleva más de 100 días sin casos de Covid-19

Los alumnos deben usar mascarillas en el aula (Photo by MIGUEL CARRASCO / AFP)

 

Un territorio perteneciente a un país sudamericano cumplió el pasado miércoles 1 de julio 100 días sin contagios de coronavirus. Geográficamente está en Oceanía, pero administrativamente pertenece a Chile. Se trata de la Isla de Pascua, cuyo nombre oficial es Rapa Nui, y que es una comuna que forma parte de la Región de Valparaíso, a pesar de estar ubicada a más de 3.600 kilómetros del continente.

Por Infobae

Antes de reabrir restaurantes, gimnasios u hoteles, este territorio insular de algo más de 7.000 habitantes decidió retomar las clases presenciales en los colegios para cuidar la “salud mental” de los más jóvenes. Los primeros 65 alumnos de la isla —y también de todo Chile— volvieron a las aulas el miércoles. Para el resto del país se mantienen suspendidas las clases desde el 16 de marzo y no hay todavía ninguna fecha de retorno.

Los primeros en regresar a clases fueron los alumnos de secundaria. “Estamos entusiasmados; es una oportunidad que se nos ha dado sólo a nosotros y tenemos que saber aprovecharla porque en el continente no se ha podido concretar”, dijo a la agencia AFP Bruno Lema Nahoe, estudiante de último año, que reconoce haber extrañado a sus compañero y a su colegio, al que considera como “una familia”. Para Marta Hotus Tuki, madre de un alumno que también volvió a clases, este retorno “es una esperanza de volver a recuperarnos de esta pandemia, de poder generar positivismo en nuestra salud mental para poder repeler este virus”.

Las salas de clase se acondicionaron para respetar la distancia social (Photo by MIGUEL CARRASCO / AFP)

 

El ministro de Educación, Raúl Figueroa, coincidió con que la vuelta a clases en la isla “es un mensaje de esperanza”. “Vemos como una gran noticia el hecho de que dándose las condiciones sanitarias para ello podamos volver a reencontrarnos en ese espacio que nos es tan querido como lo es la escuela”, dijo el funcionario en un mensaje transmitido vía Zoom a la isla.

En uno de los cuatro colegios que hay, el Liceo Aldea Educativa Rapa Nui, se les dio la bienvenida con una pequeña ceremonia o ‘Umu’, con la que se bendijo este retorno a clases, siguiendo las tradiciones polinésicas de los primeros habitantes de este remoto lugar, uno de los destinos turísticos más visitados de Chile. Los estudiantes volvieron a clases con mascarillas y se les tomó la temperatura antes de entrar al colegio. La próxima semana será el turno de la educación primaria y la subsiguiente de la prebásica, para completar durante el mes de julio los 1.500 alumnos de la isla.

“Tenemos que hacer que nuestros hijos, que son el futuro de la isla, estén sanos y que esté garantizada su salud metal. Uno de los remedios para eso es volver a las clases presenciales”, explicó a AFP el alcalde Pedro Edmunds.

Algunos alumnos fueron recibidos con un ritual de la cultura local ancestral (Foto de MIGUEL CARRASCO / AFP)

Con tantos días de encierro y a pesar del acceso a internet, muchos niños y adolescentes comenzaron a presentar síntomas de psicosis. Por eso, “es muy importante la relación humana, de piel con sus pares de su edad. Los juegos son importantes”, agregó el alcalde. Más adelante, si todo se mantiene como hasta ahora, se reabrirán las otras actividades económicas.

La Isla de Pascua se cerró el 16 de marzo, con cinco contagiados. Se decretó una cuarentena y un prolongado toque de queda. Siguiendo las tradiciones ancestrales de la isla se reinstauró el concepto de “Tapu” u orden sagrada para autoprotegerse.

Una de las estatuas características del Parque Nacional Rapa Nui (Shutterstock)

 

Y sin bien al inicio los pronósticos eran desalentadores –al ser el turismo el principal sustento económico de este lugar, con unas 100.000 visitas al año-, al cabo de tres meses de pandemia la evaluación es más esperanzadora. La emergencia obligó a los habitantes de la isla a volver a sus orígenes. A plantar sus propias frutas y verduras en huertos en sus hogares. Criar sus aves, hacer trueques y privilegiar la producción local.

“Es como que la pandemia llegó a la isla a decirnos: paren la máquina, vuelvan nuevamente para atrás y vean dónde fallaron, dónde se separaron de la naturaleza y vuelvan a ser simples y naturales, y esa sustentabilidad hoy nos está dando garantías de mantenernos un buen tiempo más sin el turismo, pero no sé por cuánto tiempo más”, reflexionó el alcalde Edmunds, quien no visualiza un retorno del turismo por lo menos en 12 meses más.

 

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