Venezolanos atrapados por el Covid-19 acampan en la T4 de Barajas: “Estamos desesperados” (Video)

Neiza Salazar y su hijo Moisés, de cinco años, llegaron hace seis meses desde Caracas de visita a España. Tenían billete de vuelta para el 17 de marzo. Pero entre tanto estalló la crisis del Covid-19. Tres días antes de la fecha de regreso el Gobierno de Pedro Sánchez decretó el estado de alarma, los vuelos quedaron interrumpidos y el régimen de Maduro se niega a repatriar a sus nacionales. Sin dinero ni posibilidad de trabajar, ambos acabaron refugiados en una iglesia evangelista de Madrid.

Por Manuel Trillo / abc.es





Como Neiza y su hijo, cientos de venezolanos que habían viajado a Europa para una corta estancia se han quedado atrapados por el coronavirus durante meses, sin poder regresar a su país. Mientras, ven con impotencia que el Gobierno español envía vuelos a Venezuela para repatriar españoles que despegan vacíos desde Madrid, sin que se les permita acceder a ellos.

Una veintena de los venezolanos varados en España se desplazaron hace dos días hasta la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y desde entonces pernoctan allí a la intemperie con la esperanza de poder subir a un avión de Plus Ultra que se prevé que parta este viernes rumbo a Caracas. La cifra de los congregados se ha elevado en las últimas horas por encima de 30.

«Al principio estuve en un hotel y luego en pisos», cuenta Neiza Salazar sobre su periplo antes de acabar en la calle con su hijo por haberse quedado sin dinero ni papeles para poder trabajar. Todo ello, además, en un tiempo en que España ha permanecido confinada por el coronavirus. «Quiero regresar con mi hijo y estar con mi mamá», clama Neiza Salazar en el exterior de la terminal aeroportuaria, mientras muestra una foto en el móvil de su madre con heridas en la piel.

Las historias dramáticas se multiplican entre los venezolanos del precario campamento instalado sobre la acera en la zona de Llegadas de la T4, entre maletas y bolsas de víveres que les han donado, junto a una pancarta que reclama a Maduro un «vuelo humanitario».

Una mujer enferma de casi 70 años, Fanny Hidalgo, se acomoda como puede entre unos bultos y un banco. Su hija, Bella Durán, expone a ABC una larga lista de dolencias que sufre, desde problemas de tensión y riñones a una miastenia ocular que le impide abrir uno de sus párpados. Procedentes de El Amparo, en el estado venezolano de Ampure, ambas habían llegado a España el pasado 20 de febrero para un reencuentro familiar, con billete de vuelta para un mes después, vía Bogotá. «Tenemos las boletas», enfatiza. Han estado acogidas en Barcelona y Alcalá de Henares, y reclaman una solución para poder regresar a Venezuela. «Hay personas embarazadas, enfermas y con discapacidad», explica. A su juicio, el gobierno de Maduro «está haciendo oídos sordos, es el único que no repatría a sus nacionales», por lo que apunta a «razones políticas» para que no se les permita regresar. Además, se queja de que está haciendo «todo muy escondido» y pide que «el Gobierno español nos ayude para que Maduro nos lleve» de vuelta a Venezuela.

Uno de los venezolanos lleva pasando las noches en el propio aeropuerto desde el pasado 23 de marzo, asegura. Se trata de Roland Montilla, abogado de 55 años de San Cristóbal (estado Táchira), que dice que había venido a España a «pasear» por un breve periodo y se quedó sin dinero. Le iban a haber acogido en Ifema, pero entonces el recinto ferial madrileño se convirtió en un hospital de campaña y se quedó sin refugio. «Desde entonces estoy durmiendo aquí», señala.

Los venezolanos varados en España se han ido organizando para tratar de obtener respuestas. Según otra de las personas apostadas en Barajas, Nelson Parra, se creó un grupo en Whastapp que «en tres días tenía ya más de 200 personas». Ahora son 705, de los cuales 566 tienen billete de vuelta a Venezuela, explica. Pernoctar en el aeropuerto es «el último recurso», explica Nelson, abogado de 60 años procedente de Barcelona, en el estado Anzoátegui que vino a España a visitar a su hijo y tenía el vuelto de regreso para dos días después de que se cerrara el espacio aéreo. Este afectado insiste en que no representan ningún riesgo sanitario para Venezuela: «Nos hemos estado cuidando y usando tapabocas (mascarilla)», subraya.

Varios afectados denuncian que en alguno de los vuelos de repatriación fletados por España sí han podido viajar un pequeño grupo de venezolanos escogidos y que podrían tener relación directa con el régimen.

«Estamos despesperados», asegura a las puertas de la T4 Efrén Sánchez, un ingeniero informático que había cruzado el Atlántico en febrero para acudir a un concierto en Alemania y no ha podido regresar a su país todavía. Sánchez denuncia que unas 70 personas de un equipo de voleibol y otras escogidas sin conocerse con qué criterio van a embarcar en el vuelo de Plus Ultra, y se quejan de que no permitan subir a bordo a más personas. «No nos dejan ni entrar en la terminal», lamenta. Han escrito al embajador de Maduro en Madrid, Mario Isea, sin que les haya dado permiso para subir al avión.

El traumatólogo Emilio Nahy, también atrapado después de impartir unas clases en Suiza y acudir a un curso en España, recalca que lo que reclaman a las autoridades venezolanas es un «vuelo humanitario». Asegura que no hasta ahora no han acudido al embajador nombrado por el presidente interino de Juan Guaidó en España, Antonio Ecarri, por entender que no tiene la capacidad para que puedan embarcar en un avión de vuela a Venezuela y se podría complicar la cuestión política.

Exteriores: «Por las restricciones de Venezuela»
Fuentes oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores han explicado a ABC que hasta ahora ha habido tres vuelos de repatriación a Venezuela, que han traído a España a unas 422 personas, y han sido «facilitados por la Embajada con la compañía española Plus Ultra». Así mismo, hubo «otro vuelo portugués el día 14 de junio en el que volvieron algunos españoles hasta Lisboa», donde cogieron un autobús organizado por el Consulado y Embajada en Lisboa.

El vuelo que se prepara para este viernes es para el día 4 de julio, explican estas fuentes, y «se trataría como en anteriores ocasiones de un vuelo chárter con prioridad para españoles residentes legales y habituales en España atrapados por la suspensión de actividad de las líneas comerciales. También en estos vuelos entrarán ciudadanos residentes venezolanos en España».

«Si los vuelos viajan vacíos -agrega el Ministerio- es por las restricciones que pueda poner Venezuela a la llegada de viajeros procedentes de Europa». En este sentido, señalan, «no es el único país que mantiene cerradas sus fronteras a países europeos y no permite la entrada ni de sus nacionales. Hasta hace poco, otros países iberoamericanos no permitían la llegada de ninguno de sus nacionales desde Europa».