El jueves por la noche, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicaron una guía muy esperada sobre la reapertura de las escuelas durante la pandemia de coronavirus, instando a las máscaras, la limpieza diligente y la limitación estratégica de las interacciones sociales.
La orientación se produce cuando el presidente Trump presiona para que las escuelas abran en el otoño después de que cerraron en marzo, advirtiendo a los estudiantes que se están quedando atrás educativamente y que a los niños necesitados les faltan comidas y servicios sociales importantes.
“Una estrategia importante que los administradores pueden considerar es cohortes (o ‘vainas’), donde un grupo de estudiantes (ya veces los profesores) permanecen juntos durante el día escolar para minimizar la exposición de los estudiantes, maestros y personal en todo el entorno escolar,” la guía dice.
“La cohorte” sería una estrategia particularmente útil en regiones donde hay una presencia significativa de COVID-19, dice la guía. Si un miembro de una cohorte se enferma, todos pueden quedarse en casa y hacerse la prueba sin cerrar la escuela.
El escalonamiento de los horarios también puede usarse para prevenir la propagación del virus que infectó a 4 millones de estadounidenses y mató a 144,000.
Los distritos escolares pueden considerar asombrosos “horarios o lugares de llegada y regreso por cohortes o establecer otros protocolos para limitar el contacto entre cohortes y el contacto directo con los padres tanto como sea posible”, dicen los CDC.
Los estudiantes deben usar cubiertas de tela para la cara, dice la guía, señalando la experiencia de Taiwán de mantener abiertas las escuelas. La nación isleña tiene una población más grande que el estado de Nueva York, pero menos de 500 casos confirmados de coronavirus.
La agencia de salud insta a “distanciarse físicamente dentro de los autobuses, aulas y otras áreas de la escuela”.
En la mayoría de los casos, las escuelas son administradas por funcionarios locales en los EE. UU., Y es probable que las prácticas varíen ampliamente. La guía de los CDC señala que las áreas con una transmisión alta y descontrolada del virus deberían considerar cerrarse.
En general, “un solo caso de COVID-19 en una escuela probablemente no justifique el cierre de toda la escuela, especialmente si los niveles de transmisión comunitaria no son altos”, dice la guía.
Pero para limitar la posible transmisión, las escuelas deberían “aumentar la circulación del aire exterior tanto como sea posible, por ejemplo, abriendo ventanas y puertas”, dice la guía.
Las fuentes para beber, los equipos deportivos y las manijas de las puertas deben desinfectarse con frecuencia. Los artículos que no se pueden desinfectar fácilmente no se deben usar.
Una hoja informativa publicada por los CDC dice que “los informes publicados del rastreo de contactos de estudiantes con COVID-19 en escuelas de Francia, Australia e Irlanda sugieren que los estudiantes no tienen la probabilidad de transmitir el virus a otros estudiantes en comparación con los contactos del hogar”.
Aún así, los CDC reconocen anécdotas conflictivas en el extranjero sobre si la reapertura de las escuelas aumenta la transmisión del virus. En Dinamarca, los casos entre niños aumentaron ligeramente antes de disminuir, según los CDC, mientras que en Israel las infecciones se dispararon, aunque las reglas sociales más amplias se habían relajado.
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