En Bielorrusia, se viven momentos históricos trascendentales para su sociedad, que buscan terminar con casí tres décadas de tiranía, muerte y represión, en un poder “legitimado” por la fuerza de la represión. Un gobierno que se mantiene en el poder con represión y fraudes electorales masivos.
Sin el menor pudor, el capitoste Lukashenko se declara “vencedor” con el 82% del electorado, burlando no solo todas las teorías políticas y sociológicas del desgaste del poder y cansancio social del mismo poder, sino al pueblo Bielorruso. Las elecciones de Bielorrusia en el fondo no es más que un fraude masivo electoral, aprovechándose de la pandemia para desconocer la voluntad popular. Nunca se imaginó que el pueblo saldría a las calles a defender el voto y la democracia.
Rápidamente el Rasputín ruso, hombre que nunca ha olvidado su pasado policial en la siniestra KGB, le ofreció “asistencia militar”. Algo muy parecido parece cocinarse acá con el telegrafiado fraude electoral en ciernes, ya advertido y condenado por la comunidad internacional.
Svetlana Tikhanovskaya, la dama líder de la oposición en Bielorrusia, junto a un pueblo determinado, luchan por ponerle fin a la dictadura ominosa y corrupta de Bielorrusia, apoyada por los vestigios autoritarios represivos de poder, que aún modelan a Rusia.
Con ello le dan al mundo un ejemplo de determinación de lucha política, ante la dictadura del “carnicero de Bielorrusia”.
Es muy importante ver ese retrovisor político allá en Bielorrusia, para diseñar estrategias nacionales e internacionales. Ante esta tercera ola de fraude electoral masivo que se pretende realizar, la legítima Asamblea Nacional debe expresar pública y oficialmente su solidaridad con el pueblo Bielorruso y unirse a la cadena de condenas internacionales que se le hace al dictador en el poder y al gobierno Ruso por ofrecer asistencia de seguridad a la dictadura del carnicero de Bielorusia.
El apoyo a la democracia en el mundo no consiste simplemente en declararla y reconocerla, sino defenderla con hechos concretos, articulándose con la comunidad internacional.