Brasil perdió cerca de tres millones de trabajadores sindicalizados desde que entró en vigor la última reforma laboral a finales de 2017, lo que supone una reducción del 21,7 % del total de inscritos en sindicatos, informó este miércoles el Gobierno.
En 2016 el gigante suramericano contaba con 13,5 millones de personas afiliadas a algún gremio sindical, cifra que cayó a 10,6 millones el año pasado, según un estudio divulgado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La reforma laboral de 2017, impulsada y aprobada durante el Gobierno del presidente Michel Temer (2016-2018), fue aplaudida por los empresarios, pero fuertemente criticada por los sindicatos, que se quejaron por la pérdida de derechos.
El nuevo marco legal laboral reglamentó nuevas formas de contratación, como el trabajo intermitente (por días u horas), el tercerizado o el que se puede realizar desde las casas, y dio la posibilidad de negociar estas opciones de forma independiente, sin la participación de los sindicatos.
La caída en el número de asociados venía registrándose desde 2014 pero su mayor pérdida se dio en 2018, tras la reforma, cuando más de un millón y medio de trabajadores se retiraron de los gremios sindicales.
Solo en 2019, el último año analizado por el IBGE, el país perdió más de 951.000 trabajadores sindicalizados y la tasa de agremiados en Brasil quedó en 11,2 %.
Para el Instituto, otro factor que pudo ayudar en el retroceso fue la anulación de la obligatoriedad del pago de la contribución sindical, algo que entró en vigor con la reforma.
Tampoco ayudó a fortalecer los sindicatos el hecho de que el número de personas ocupadas hubiera aumentado en los últimos cuatro años, al pasar de 90,8 millones en 2016 a 94,6 millones en 2019, pues, a pesar de ello, la tasa de asociados a los sindicatos no aumentó.
De acuerdo con el estudio, la tasa de asociación sindical bajó de forma más drástica en actividades del sector público, mientras que en aquellas relacionadas con la ruralidad y el agronegocio la caída fue más leve e incluso, esta última, fue la única rama donde aumentó, aunque muy levemente, al pasar de 19,1 % a 19,4 %.
La tasa de afiliación sindical de los empleados del sector público bajó del 25,7 % en 2018 al 22,5 % en 2019, en tanto que la de trabajadores familiares auxiliares, que se concentran en la actividad rural, se redujo del 11,9 % al 11,8 % en el mismo período.
El estudio también reveló que en 2019 el número de empleadores y trabajadores independientes registrados formalmente batió récord al llegar a 8,4 millones de personas.
No obstante, para los analistas del IBGE, se trata de un porcentaje “relativamente bajo” ya que ese contingente corresponde al 29,3 % del total de trabajadores independientes, es decir que menos de un tercio de los trabajadores autónomos de Brasil están formalmente registrados.
EFE.