Cinco posibles candidatos a la sucesión del primer ministro japonés Abe

Cinco posibles candidatos a la sucesión del primer ministro japonés Abe


Grandes pantallas en un edificio transmitieron una conferencia de prensa del primer ministro japonés Shinzo Abe en Tokio, Japón, el 28 de agosto de 2020. REUTERS / Kim Kyung-Hoon

 

Tras el anuncio de dimisión del primer ministro japonés, Shinzo Abe, empiezan las especulaciones en torno a su sucesor, pero de momento ningún nombre se impone.

Estos son los cinco principales candidatos.





Taro Aso, especialista de los errores

Taro Aso, de 79 años, acumula desde 2012 las funciones de ministro de Finanzas y vice primer ministro.

Muy cercano a Abe, este aficionado a los mangas que cuida con esmero su apariencia, ocupó el cargo de primer ministro en 2008-2009, hasta el fracaso histórico de su Partido Liberal-Demócrata (PLD).

Este veterano, procedente de una rica familia de industriales y políticos, ambiciona desde hace tiempo volver al cargo.

Su carrera política, sin embargo, está plagada de sonados errores. En 2013, instó a las personas enfermas en fase terminal a morir “rápidamente” para reducir los gastos sanitarios. Unos meses más tarde, sugirió que Japón podría “inspirarse” de la Alemania nazi para reformar su Constitución.

Yoshihide Suga, el consejero leal

Yoshihide Suga tuvo un papel importante en el regreso al poder de Abe, tras el fracaso de su primer mandato como primer ministro en 2006-2007.

Abe lo recompensó nombrándolo en 2012 secretario general del gobierno, un puesto estratégico desde donde coordina las acciones de los ministerios y del partido en el poder y consulta a los gobiernos regionales.

Con 71 años, Suga, portavoz del gobierno, es el rostro del gabinete, ya que se expresa todos los días ante la prensa.

Este hijo de agricultores tuvo que financiarse él mismo sus estudios. Estos orígenes humildes contrastan con los de la mayoría de miembros del PLD, que vienen de grandes familias de políticos.

Shigeru Ishiba, el experto militar

Exministro de Defensa, Shigeru Ishiba está muy apegado al ejército y a las tecnologías militares. También es un admirador de la música pop japonesa de los años 1970.

Este exbanquero de 63 años es considerado como un orador carismático y un hombre con experiencia: con 29 años, logró ser diputado y mantiene su escaño desde entonces.

Como Abe, Ishiba defiende reforzar el lugar de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en la Constitución pacifista del país.

Para la opinión pública, Ishiba es un buen candidato a la sucesión de Abe. Pero no goza de unanimidad entre los diputados del PLD, sobre todo porque dejó el partido en una ocasión.

En 2018, en la elección del presidente del partido, sufrió una severa derrota frente a Abe.

Taro Kono, el reformador arrepentido

Con 57 años, el ministro de Defensa Taro Kono, otrora considerado como un reformista ambicioso e independiente, se plegó al gobierno al hacerse cargo de puestos estratégicos en el gabinete de Abe.

Por ello, últimamente ha evitado recordar su oposición al tema nuclear, una energía defendida por el gobierno.

Formado en la prestigiosa universidad estadounidense de Georgetown, Kono también fue ministro de Relaciones Exteriores de 2017 a 2019.

Se le compara a menudo con su padre, el antiguo secretario general del gobierno Yohei Kono, conocido por haber publicado en 1993 una declaración en la que Japón presentaba sus “disculpas” y sus “remordimientos” por la prostitución forzada de mujeres asiáticas durante la Segunda Guerra Mundial. Taro Kono es, sin embargo, mucho menos conciliador en materia de relaciones diplomáticas.

Fumio Kishida, el discreto favorito

El exministro de Relaciones Exteriores Fumio Kishida, jefe de estrategia política del PLD, ha sido considerado muchas veces como el favorito de Abe para sucederle. Pero su reservada personalidad y su falta de carisma podrían impedirle llegar al puesto.

Diputado de Hiroshima, Kishida, de 63 años, fue el artífice de la visita de Barack Obama en 2016, el primer viaje de un presidente de Estados Unidos en ejercicio a la ciudad devastada por la bomba atómica. AFP