Como si no bastara con la pandemia que se comió los magros ahorros de las clases medias… otra plaga se entromete en las pocas conversaciones que se pueden dar con un tapabocas cubriendo el rostro.
Realmente son unos azotes y se dan en todas las sub especies de la zoología electoral. Por comodidad se les puede llamar “unitaristas”. Son personajes fastidiosos pero no por ello quienes amamos la libertad debemos salirles al paso… es que también son peligrosos porque confunden.
Como anoto estos “unitaristas” se encuentran entre los electoreros… pero también los hay en la tribu de los abstencionistas… y no sería de extrañar que haya algún libertario confundido que repite el discurso unitarista.
El argumento que repiten ad infinitum cual evangélico novato practicando en una plaza, es simple, pero viene acompañado de un discurso patriótico, aderezado con veladas amenazas.
Siguen un guión porque son repetitivos y de no tener chuleta mental correrían el riesgo de equivocarse… ese guión implica pequeños silencios antes de engolar la voz de comienzo a fin del discurso… intentando estos unitaristas sin causa… remedar el efecto de don Simón Rodríguez cuando encaramado en una colina romana puso a jurar a su alumno nada menos que darle la libertad a todo un continente… olvidando aquella vez el grande y excéntrico educador… que buena parte de ese continente ya había sido liberada de los poderes europeos porque los yanquis también son americanos.
Pero, volviendo al presente digamos que estos unitaristas después de alertar por los males asociados a la desunión que vive el país y que ellos mismos han propiciado con sus discursos polarizantes… pretenden que lo patriótico es “unirse”… pero como sinónimo de plegarse a la conducta del fastidioso que nos arenga sin tener derecho.
Los unitaristas a pesar de carecer de votos propios siempre mencionan al desgaire… que representan o quieren representar una cantidad imprecisa pero inmensa de venezolanos que dependiendo del unitarista oscila entre un 80 % y la totalidad de los venezolanos.
Es decir, quieren que uno les crea que tienen màs apoyos que don Rómulo Gallegos cuando ganó la primera elección universal… e incluso màs porcentaje de presuntos votos que Rómulo Betancourt o Hugo Chávez en sus mejores tiempos.
Como expliqué entre estos latosos unitaristas los hay abstencionistas que amenazan y tildan de colaboracionistas a quienes van a votar… pero también los hay entre quienes para bochorno patrio llevan casi dos meses postulando sus candidaturas y aùn no saben siquiera si van a ir a las parlamentarios pautadas para este 6 de diciembre… o a quienes van a candidatear.
Esta sub clase pasando por alto que la CRBV dejó libre a la conciencia del elector si vota o se abstiene… amenazan al que pide abstención… o desde el otro lado del espejo… a quienes van a votar por los bates quebrados que están postulando.
Lo peligroso de estos unitaristas es que incapaces de observar la vida que es variopinta y no “unitaria” salvo en generalidades y en que todos los seres vivos compartimos el mismo planeta… pretenden que todo el país se una… pero tras sus postulaciones porque todos los unitaristas electoreros son candidatos.
¿Y a cuenta de què dice uno que agradecí las postulaciones de gente amiga… pero igual las rechacé?
Si algo enseña la historia es que solo en los regímenes autoritarios los gobiernos obligan a ser “unitario”: En Europa lo hizo Hitler… también Mussolini… Franco… Stalin… y en nuestro país solo el general Gómez intento algo similar… sin llegar el andino a los extremos de quienes como garrocha que los eleve a la Asamblea Nacional… anuncian tener en mente una “Ley de Unidad Nacional”… lista… si los llegan a elegir.
Como si para que se burlen de nosotros no bastara el Ministerio de la Felicidad Suprema y otras boberías: ¡Si quieren ir a la Asamblea Nacional piensen màs bien cómo desmontan las leyes que dificultan que los venezolanos generemos mayores riquezas porque la única unidad obligatoria es el pacto de todo venezolano de bien… a fines de conservar el territorio patrio heredado de quienes realizaron grandes epopeyas… sin exigir unidad y menos obligatoria!