Luis Alberto Perozo Padua: El imponente edificio de Correos y Telégrafo de Barquisimeto

Luis Alberto Perozo Padua: El imponente edificio de Correos y Telégrafo de Barquisimeto

 

El moderno e imponente edificio del Correo y Telégrafo de Barquisimeto fue inaugurado el 17 de diciembre de 1926. El inmueble estuvo asentado en la Calle del Comercio [hoy Avenida 20 entre calles 23 y 24]





El costumbrista Iván Brito, anota que el edificio era propiedad de Rafael Ignacio Ortiz, cuyas iniciales lucía el frontis originalmente. El inmueble se estrenó entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la inauguración ocurrida y reseñada en 1927, corresponde a su estreno como oficina de Correos y Telégrafos, luego que el Gobierno Nacional lo adquirió por 1000 pesos, es decir 4 mil bolívares

Asimismo, el cronista Carlos Guerra Brandt, comenta que el imponente edificio disponía de una amplia azotea a donde acudían los vecinos del barrio de Paya, «a disfrutar del agradable clima durante los ocasos», desde donde divisaban el emplazamiento de la ciudad.

Según reseña del Diario EL IMPULSO, la concurrida vía donde se alzaba el edificio que nos ocupa, primeramente se le denominó “Nueva”, producto de la expansión urbana, luego sería llamada calle del Comercio por la cantidad de establecimientos comerciales que allí se instalaron, pero no será a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando adquirió el nombre de avenida 20.

En 1927, Pedro Lagrange comienza a operar la primera línea de autobuses que circulo? por la calle del Comercio. Un año después se inaugura la primera estación de servicio en la Alcabala de Bella Vista (hoy avenida 20 entre 41 y 42). No solo comercios, también edificios públicos y lugares de esparcimiento, como el de Correos y Telégrafos (entre calles 23 y 24, acera sur); el Cine Altagracia (entre calles 21 y 22) y el Cine Libertador a un lado de ésta en la calle 29.

La estrechez de las calles dificultaba el tránsito de vehículos automotores, por lo cual la municipalidad decreta la ampliación de la vía en 1964 y por ende la demolición de todas las construcciones con asiento en la zona proyectada para la nueva arteria vial. Se derribaron hermosas edificaciones que eran referentes y todo lo que estorbase. En 1966 se procede a una improvisada inauguración, puesto que aún existían inmuebles que debían ser tumbados para concluir el corredor.

Hoy, historiadores, cronistas y costumbristas, así como especialistas en la materia, se preguntan si merecía la pena ser demolida una de las más majestuosas obras de la ciudad para cambiar la fisonomía a la capital del estado Lara y por ende, dar paso al progreso, ese que aun los barquisimetanos siguen esperando a más de cinco décadas de aquel catastrófico acontecimiento. Es sin dudas, un debate con muchas aristas.


Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
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IG / TW @LuisPerozoPadua