Los ciudadanos conscientes y algunos escasos dirigentes políticos inteligentes, saben perfectamente que el problema en Venezuela no es que se vaya Maduro o Diosdado Cabello, la mafia criminal; no señores ellos no son el problema, ellos solo son la cara visible del verdadero problema.
Los venezolanos estamos secuestrados por los militares que traicionaron la Constitución y hoy por hoy controlan todas las riquezas del país, el petróleo, las minas, las aduanas etc. Para salir de ellos se requiere de una fuerza que los supere en todo sentido.
Los militares en la voz de su Ministro de la Defensa, quien hace algunos días se dirigió a los venezolanos y a los políticos, dijo que mientras ellos estén en el poder nunca volverán; a lo que muchos politiqueros de oficio no se atrevieron ni a contestar.
El trabajo de los políticos y en especial el trabajo de Juan Guaidó, es el cese de la usurpación. Un solo trabajo si él no ha entendido en 17 meses que el problema no es Maduro y sus secuaces sino los militares. Esto con demagogia y política no se resolverá.
Mientras, el venezolano de a pie se hunde en el hambre y la miseria y muere de enfermedades, los políticos siguen pactando, dividiéndose y jugando con la esperanza del ciudadano.
El problema está en que sin gasolina y sin comida en cualquier momento se desata una furia colectiva nunca antes vista en la historia de este continente, peligrando tanto la vida de los pseudos opositores como los pseudos revolucionarios del régimen.
El camino hacia la barbarie está construido, sólo falta el detonador y en este caso estimo que el gasoil lo será, mientras gran parte de los militares venezolanos permanecen ajenos a la crisis en el país o forman parte activa del pillaje y saqueo de los recursos de Venezuela.