Una revista francesa investiga “el misterio de los médicos cubanos” en Martinica

Una revista francesa investiga “el misterio de los médicos cubanos” en Martinica

El reportaje señala que “dentro de la brigada, suele haber alguien del Partido Comunista que vigila y se asegura de que ningún médico considere acercarse a un local o quedarse en el país”. (Captura)

 

 

Los 15 médicos de la brigada recibieron estatus de internos y no pueden prescribir medicamentos ni examinar pacientes sin traductor.





Por: 14ymedio.com

Poco más de dos meses después de su llegada, recibida con honores a pie de pista el pasado 26 de junio, la misión de médicos cubanos en el departamento francés de Martinica despierta no pocas suspicacias.

Una investigación del semanario francés Le Point publicada esta semana muestra los entresijos de la estancia de los brigadistas en esta isla del Caribe y afirma que incluso la senadora Catherine Conconne, que había celebrado el acuerdo con La Habana, ha marcado distancias con la Colectividad Territorial de Martinica (CTM), el poder ejecutivo local liderado por el independentista Alfred Marie-Jeanne, pues a su juicio, el desempeño de los cubanos “no se corresponde con el texto y el proyecto que había defendido”.

Con el título El misterio de los médicos cubanos, el reportaje muestra, en primer lugar, cómo la integración de los sanitarios, cuya estancia tenía una duración prevista de tres meses, fue lenta. A pesar de que eran diplomados en Medicina, dice el texto, “carecían de habilidades para ejercer en nuestro territorio”. “En ciertos servicios ayudan, en otros no aportan nada por la falta de nivel de francés y de conocimiento de la farmacología”, cita Le Point a Benjamin Garel, director del Centro Hospitalario Universitario de Martinica, que acogió a los galenos.

Por ejemplo, aseguran que no podían prescribir medicamentos ni examinar pacientes sin traductor, y todos recibieron estatus de internos. “Todos vinieron a Martinica a aprender y compartir su conocimiento, que era diferente al nuestro puesto que el embargo no les permite tener los mismos equipos médicos, en radiología por ejemplo”, afirma la publicación.

El texto recoge que para algunos en el territorio “habría que plantearse prolongar la misión, aunque fuera para rentabilizar estos primeros meses que nos han costado un dinero sin reportarnos gran cosa”.

El costo oficial de la operación es de 300.000 euros, incluyendo el avión fletado expresamente para los cubanos, el transporte diario y el alojamiento, así como un estipendio de unos 23 euros al día

Por ahora, el costo oficial de la operación es de 300.000 euros, detalla la publicación. En ese total se incluyen el avión fletado expresamente para los cubanos, el transporte diario y el alojamiento, así como un estipendio de unos 23 euros al día por cada uno de los 15 médicos que integran la brigada.

La publicación pone en duda el salario de los sanitarios. “Es un misterio”, sentencian, por la opacidad del convenio. “¿Cuánto ha pagado la CTM, como los países que reciben estas misiones, a Cuba? ¿Cuánto perciben los médicos? ¿Lo hace Cuba o la CTM?”, se preguntan. “En términos numéricos está claro: el convenio es muy opaco”, ironiza.

Otro tema controvertido que ponen sobre la mesa es que estas misiones “son una importante herramienta diplomática”, recordando las palabras de Alfred Marie-Jeanne cuando recibió la misión en junio pasado: “Debemos ser solidarios con Cuba por varias razones, porque el poder imperial de Estados Unidos quería designar a Cuba como Estado terrorista”.

El reportaje señala que “dentro de la brigada, suele haber alguien del Partido Comunista que vigila y se asegura de que ningún médico considere acercarse a un local o quedarse en el país”. “Si lo hace, será considerado un desertor, no le pagarán ni podrá volver a Cuba en ocho años”, continúan. Estas misiones, recuerda Le Point, aportan entre 8.000 y 10.000 millones de dólares al año al Estado cubano, “prácticas que algunos llaman esclavitud moderna” (en 2018, último año de estadísticas oficiales, Cuba obtuvo 6.400 millones de dólares).

A pesar de ello, dicen, “a nivel local todos, o casi todos”, celebran la llegada de los galenos de la Isla. “Algunos lo ven como una oportunidad para ayudar a estos médicos cubanos, que reciben una media de 50 euros al mes en su país. Con estas brigadas, los sanitarios ganan más y pueden salir de su territorio temporalmente, lo que les es imposible en tiempos normales, porque los médicos no tienen derecho a salir de Cuba libremente”.

Pero otros cuestionan las misiones porque “no son una solución y que eclipsan a nuestros jóvenes médicos”. Como ejemplo, citan a la presidenta de la Unión Regional de Médicos Liberales de Martinica, Anne Criquet-Hayot: “Estos 300.000 euros podrían haber permitido crear puestos para jóvenes médicos martinicanos o ayudar a financiar sus estudios médicos”.

El reportaje concluye que al colectivo médico del territorio “no le faltan ideas para reactivar el sistema de salud en Martinica y atraer a médicos de habla francesa” pero que “todo es cuestión de un proyecto político”

El reportaje concluye que al colectivo médico del territorio “no le faltan ideas para reactivar el sistema de salud en Martinica y atraer a médicos de habla francesa” pero que “todo es cuestión de un proyecto político”: “La CTM se ha centrado en cambio en la urgencia y el desarrollo de las relaciones caribeñas, una elección que no es unánime pero que satisface a la CTM, que gestionó todo el convenio”.

El semanario satírico francés Le Canard enchaîné se hizo eco del reportaje criticando la estrecha relación de los independentistas de Martinica con Cuba. “Una esfera independentista que curiosamente cierra los ojos ante las condiciones de vida y de trabajo de estos esclavos médicos”, dice el artículo.

El Parlamento francés aprobó el año pasado un proyecto de reforma del sistema de salud que incluía un artículo mediante el cual los territorios de las Antillas francesas podían contratar médicos y personal sanitario de fuera de la Unión Europea, una norma pensada para facilitar el reclutamiento de los especialistas cubanos, como en su momento indicaron expresamente sus promotores, los senadores de Guadalupe y Martinica, Dominique Théophile y Catherine Conconne, respectivamente.