Baldomero Vásquez: Cubanos nacidos en Venezuela

Baldomero Vásquez: Cubanos nacidos en Venezuela

En Venezuela, la propaganda oficialista descalifica frecuentemente a la oposición democrática repitiendo al caletre toda suerte de epítetos mohosos de los tiempos de la Guerra Fría. “Traidor a la patria” es el preferido por los impulsores en Venezuela del fracasado y extinto “socialismo real”. No obstante, a nuestro juicio han sido los comunistas, adoradores de la Unión Soviética y de la dictadura de los Castro, los verdaderos “traidores” ayer y hoy a la nacionalidad venezolana.

¿Pero, qué define la nacionalidad? A ésta no la define sólo nacer en un territorio, sino compartir valores y cultura entre sus habitantes.

Hace 20 años, en diciembre de 1993, en el prólogo de la Cartilla de la Nacionalidad que el gobierno entrega a todo extranjero que decida nacionalizarse francés, el primer presidente socialista de Francia, Francois Mitterrand (período 1982-1996), escribió:





“A lo largo de los siglos, Francia ha acogido sobre su suelo a hombres y mujeres que se han reconocido en sus valores y han aceptado sus usos y costumbres. Hoy os unís a nuestra comunidad nacional. En su seno, ejerceréis ahora la plenitud de los derechos civiles, y abrazaréis el conjunto de deberes de todo ciudadano francés”.

Ninguna novedad había en el planteamiento del presidente francés. Reiteraba, en el trasfondo, la secular “tesis voluntarista”, “subjetiva”, de lo que ha significado el concepto de nación para su país, el cual, como es sabido, se funda en el consentimiento humano. Es decir, la nacionalidad francesa se adquiere al manifestar el extranjero su voluntad de ser francés. Concepción enfrentada a la difundida “tesis objetiva” de nación que señala que a ésta la constituyen una comunidad de individuos que comparten lengua, raza, un pasado común y un destino.

El asunto de fondo que nos interesa plantear es cuando, próximos a la tesis francesa, son personas nativas de un país las que optan por la nacionalidad de otro país. Este fue el caso de los militantes de los partidos, dependientes del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) durante el siglo pasado en todos los países del mundo. La nacionalidad asumida por los comunistas era la nacionalidad soviética. Incluso, en tantos casos en que los militantes comunistas hicieron suyas las tesis nacionalistas para obtener la liberación de su país de algún imperio colonial; su actitud era un engaño táctico, puesto que la finalidad última de su lucha no era otra que la incorporación de su país a la URSS.

Los fanáticos comunistas eran “intelectuales que no pensaban” y el Partido “una escuela donde se les enseñaba a no tener opinión propia”. No hacía falta tenerla porque ya todo había sido resuelto por el socialismo, construido en la URSS por Stalin y el PCUS. Por tanto, se podría decir que ser comunista era sinónimo de “traidor a la patria”. Pero para aquél, que se le acusara de soviético no significaba ninguna deshonra; al contrario, era un cumplido por su vocación “internacionalista” alineada con el futuro de los pueblos.

Observando la Venezuela de los años 60 del siglo pasado, la lucha armada para tomar el poder que adelantaron los comunistas (PCV, MIR, miembros de URD y otros) tenía los mismos fines. Sólo que nuestros “traidores a la patria”, además de la soviética también adquirieron la nacionalidad cubana: “eran cubanos nacidos en Venezuela”. Por fortuna Betancourt, Caldera, las Fuerzas Armadas y el pueblo venezolano lograron derrotar a la guerrilla, teledirigida por Fidel Castro; pero la acción política de ella de alcanzar el poder a sangre y fuego le infringió un terrible daño a la naciente democracia venezolana. Vale decir con tristeza que la reinserción que el régimen democrático brindó a tantos ex-comunistas (comenzando con la Pacificación de Caldera) no fue correspondida por muchos de ellos, quienes continuaron adorando al totalitarismo soviético, a la revolución cubana y a Fidel.

Esa extraña nacionalidad, “cubanos nacidos en Venezuela”, resucitó con fuerza de la mano del fallecido presidente Hugo Chávez. Se propone Maduro, la nomenclatura militar y civil imponérnosla a todos los venezolanos a través de la construcción de un “Socialismo real” calcado del castrista. Como desapareció la URSS se nos vende que el ejemplo a imitar es el fracasado totalitarismo socialista de Cuba, ¡como si esta isla no hubiese sido una República Soviética por décadas!

Sin embargo, hay que reconocer que la penetración cubana ha llegado muy lejos. Necesitará nuestro pueblo apelar a todas sus reservas morales para frenarla e impedir la destrucción definitiva de la democracia y de la nación venezolana.

Nota del autor:

Este artículo se publica de nuevo porque considero que guarda vigencia. Es la versión que salió en el Portal de CUBANET el 2 de diciembre de 2013.

 https://www.cubanet.org/opiniones/cubanos-nacidos-en-venezuela/