Mireya Segovia: El tiempo y la distancia en nosotros

El tiempo va haciendo su parte. Siempre le tuve miedo al tiempo, pero está allí, donde menos lo necesitamos. Llega el momento en que las palabras no están en nuestros pensamientos, se van disipando, se van haciendo escasas y reconocemos que es el contacto físico, el tocar, el mirar, lo que nos hace extrañar, al diablo los grandes pensadores, que indican que se puede amar y extrañar sin tocar, en realidad son sentimientos muertos, superfluos, sin experiencias de vida, pero el tiempo está ahí, haciendo su parte.

Las palabras cada vez se hacen más lánguidas, distantes y hasta extrañas, se van disipando y el corazón va dejando huellas, huellas que el tiempo va borrando. Ya no extrañamos, qué cruel es el tiempo. Nos vamos quedando con los que están, con los más cercanos, con los que vemos a diario, con los que tocamos a diario, con los que miramos a los ojos. Las palabras van quedando en letras muertas, sin calor humano, sin chispas de amor, porque la distancia y el tiempo van haciendo todo. Que increíble. Lo que hace la vida. Pero así es, esa la diferencia entre estar vivo y morir para alguien.

Pensar que somos los seres humanos quienes les permitimos eso al corazón. Pero así es la vida, eso es aprender a estar solos con nosotros mismos. Y nos preguntamos ¿alguna vez estuve de verdad en el corazón de alguien? Creo que no. Estuvisteis si…pero solo lo que el tiempo te permitió, nada más.





Somos seres de contacto, no de conexión cibernética, los sentimientos se expresan, pero se aplican en la piel, en el tocar, en el oír, en el mirar, en la caricia, en la expresión, en el sentir y ver a los ojos, en el besar y ver a los labios, en el oler y extrañar, ese olor que cada ser nuestro emana.

Entonces nos damos cuenta que eso lo destruye el tiempo y la distancia. Qué cruel es el tiempo, que cruel es el habernos distanciado de nuestros seres amados, pero es el tiempo y la distancia quien saca del alma lo que sentimos de verdad y se lo permitimos sin darnos cuenta quizás porque a la final es el pensamiento, quien lo guía.

Ojalá el tiempo, no termine de hacer lo que ya está haciendo esta tiranía en Venezuela, o al menos, no permitamos que lo hagan, porque la distancia es su aliado y ella también va haciendo lo suyo.