David Mendoza: Prueba social y Elecciones

David Mendoza: Prueba social y Elecciones

La “prueba social” es uno de los seis principios de persuasión que el psicólogo Robert Cialdini define en su obra “Influencia, ciencia y práctica”. Este principio es muy utilizado en el “marketing”.  El divulgar encuestas antes de una elección por un cargo público, en la cual el que puntea el sondeo es nuestro candidato, es una forma de utilizar la prueba social a nuestro favor. Le estamos diciendo a los electores que aún no se deciden, “vota por mi candidato que vamos a ganar”. Se trata de emular a la mayoría, de repetir la conducta que vemos en los demás. 

¿Entonces hacemos lo que vemos que hacen los demás?

Sí. Si vemos que un grupo grande de gente echa a correr de repente, nuestras alarmas se encienden y probablemente “peguemos también la carrera”, escapando de algo o yendo a buscar algo que no sabemos. 





¿Puede influir en los procesos electorales?

Es uno de los elementos más influyentes en los procesos electorales. Puede hacer que alguien cambie su decisión de a quién votar a último momento. Es un vector de fuerza la prueba social y forma parte de la construcción de la opinión pública. 

Irracional

Una buena parte de los comportamientos de los seres humanos es irracional. Tenemos condicionamientos conductuales que le evitan más trabajo al cerebro. Si tenemos que tomar una decisión sobre un asunto del cual no sabemos casi nada, y que implica un esfuerzo o costo “informarnos”, lo más probable es que actuemos basados en nuestro condicionamiento a hacer lo que vemos que los demás hacen. 

¿Así tomamos nuestra decisión electoral?

La mayoría de las veces sí. Difícilmente conocemos el plan de gobierno de los candidatos, no conocemos a sus promotores y financistas, no conocemos su estado de salud, tampoco su equipo de trabajo, ni sus intenciones o ética. El candidato tampoco tiene muchos recursos para explicarnos a detalle sus ideas, mucho menos en el descanso del partido de futbol, en un material publicitario de 30 segundos. El candidato lo más probable es que apele a la simbología más básica y salga caminando delante de un grupo de gente (el líder), batiendo la bandera nacional en la mano (amante de su país) para llegar donde una anciana que lleva de la mano a un niño y se detenga (sensible), le dé un beso a la viejita y cargue al niño (cuida de los ancianos y de las nuevas generaciones, un buen padre de familia) metido en una zona popular (sensibilidad social) y si da tiempo (unos tres segundos) se mostrará al candidato ejerciendo la autoridad, dando un discurso o algo así. Y con esa información, más los valores que representa su partido, tienes que decidir si esa persona puede regir los destinos de una sociedad.  

¿La otra opción?

Siempre es peor. La otra opción es que no tengas el derecho de tomar la decisión. Un poco como pasa aquí en Venezuela. Si el gobierno no gana una elección ni con “truco”, entonces te crea una estructura paralela y anula la institución de la cual perdió el control, así se hizo con la Asamblea Nacional y con la Alcaldía de Caracas, en su momento. Una violación sistemática de la voluntad popular. En realidad el gobierno no siente el menor respeto por la voluntad del pueblo. Lo usan de bandera, pero no lo respetan. 

Cuéntame de Cabo Verde

Parece que ya todo está dicho en ese asunto. Veremos a un “anaranjado” que tendrá en su momento que empezar a contar lo que todos sabemos, pero con detalles útiles para la justicia internacional. Me dijo una amiga que desde que atraparon a “Alex” (así le dice pero no lo conoce) las “cajas clap” se retardan más. Yo le respondí que está ocupado atendiendo “asuntos de su interés”. Lo que sí es cierto, es que cada día debe perder unos poquitos millones de “verdes”.  

¿La moraleja?

La democracia tiene sus fallas, pero cualquier otra cosa (al menos hasta ahora) es peor. Y es frágil. Damos por hecho la democracia y en un ratico la perdemos. Así nos pasó aquí en el país. Cuando defendemos la democracia, estamos defendiendo la libertad, la soberanía en su dimensión más justa, la paz, el bienestar, la justicia y la nación. Cuando un grupo político atenta contra la democracia, está atentando contra todo lo que sostiene nuestro sistema de vida. Así mi querido lector, tenemos la tarea de crear una democracia nueva y bella para nuestro país. Tenemos una gran oportunidad de convertir a Venezuela en uno de los mejores países del mundo ¿Está fácil? No. Pero podemos hacerlo.    


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