Gustvavo Coronel: El caso de la disputa territorial entre Venezuela y Guyana

Gustvavo Coronel: El caso de la disputa territorial entre Venezuela y Guyana

Gustavo Coronel

La reclamación venezolana equivale a las dos terceras partes del territorio de la república de Guyana

No soy un experto en controversias territoriales ni conozco a fondo todos los detalles de la disputa territorial entre Venezuela y Guyana. Dudo que existan más de unos veinte expertos en esta materia y ellos están hoy separados en dos grupos: uno, integrado por internacionalistas y abogados venezolanos, el cual apoya la reclamación venezolana y un segundo grupo, integrado por expertos guyaneses, que está de acuerdo con la posición de Guyana.

De esta manera la controversia se ha reducido a una pugna de baja prioridad internacional entre dos países de mediano a pequeño tamaño. Por ello está semidormida. El caso reposa en las Naciones Unidas, organismo que – a su vez – lo refirió a la Corte Internacional de Justicia en 2018. Este organismo acaba de tener su primera sesión virtual sobre el tema en Julio de este año, dos años después, lo cual indica su bajo nivel de interés.





Los méritos legales del caso han sido discutidos por muchos años, especialmente desde 1962, cuando el gobierno de Venezuela introdujo la disputa en los organismos internacionales., ver un buen resumen en: https://latinamericareports.com/the-century-old-land-dispute-between-guyana-and-venezuela-continues/3298/ y en https://en.wikipedia.org/wiki/Guayana_Esequiba .

Como el tema es tan especializado, el grueso de los venezolanos y guyaneses ha tomado partido esencialmente basado en la emoción patriótica, más que en un conocimiento de los méritos legales de cada posición o de la importancia que se le asigna geopolíticamente.

Como venezolano, nacido en Catia y criado en Los Teques, yo debería adoptar una posición patriótica, favorable a la postura venezolana de reclamo del territorio Esequibo. Sin embargo, al analizar la situación actual tengo una postura diferente, la cual – reconozco – es minoritaria en mi país y hasta peligrosa de adoptar públicamente, dada la intensidad emotiva con la cual se ve este problema en Venezuela.

Mi Postura

Parecería – en primer lugar- que la posición de Venezuela es legalmente débil por la calidad intrínseca de nuestros argumentos, por el largo tiempo transcurrido entre las decisiones adoptadas y nuestra débil respuesta oficial durante los últimos 60 años, por la realidad geopolítica existente hoy en día y porque durante cien años o más nunca hemos tenido control del territorio en pugna.

En segundo lugar, porque las gentes quienes habitan este territorio no parecen tener apego emocional o patriótico alguno con Venezuela. Guyana es una nación independiente y el territorio en pugna representa un 65% de su territorio, lo cual hace improbable que pueda ser objeto de cambio de manos. Sería como terminar con Guyana.

En tercer lugar, porque la coyuntura geopolítica venezolana actual, con el país en manos de un gobierno forajido, hace de Venezuela un estado hoy en día rechazado por la región latinoamericana y del Caribe, hasta el punto que las 15 naciones de CARICOM apoyan la posición guyanesa contra nuestro país y que países como USA, China y hasta el país tutor del régimen venezolano, Cuba, se oponen a la posición venezolana.

En cuarto lugar, porque un cambio de gobierno en Venezuela haría poca diferencia en la situación, ya que el hallazgo de petróleo por empresas estadounidenses con socios chinos en la zona marítima que estaría sujeta a reclamación hace la posición de Venezuela aún más débil. Los Estados Unidos han firmado acuerdos de protección territorial con Guyana y, al mismo tiempo, apoyan al gobierno legítimo de Juan Guaidó con firmeza. Por ello, está claro que USA no actuaría a favor de Venezuela, en contra del país “pequeño”. A lo sumo presionará por un arreglo amigable entre los dos países.

Este cuadro geopolítico desfavorable para Venezuela no parece modificable a futuro, sino que, en toda probabilidad, se intensificará. La posición de Venezuela en esta disputa se hace más débil cada día que pasa porque – en la percepción de la región – Venezuela es el “imperio” y Guyana el débil.

Entonces,

¿QUE PODEMOS HACER, QUE PODEMOS PERDER Y QUE PODEMOS GANAR?

¿Qué hacer con Guyana?

1. ¿Mantener nuestra posición patriótica, irreductible, per secula seculorum, aún a la luz de los argumentos de la parte contraria? O,

2. ¿Pensar en un interés supranacional, el cual nos llevaría a establecer un compromiso para el bien de la región?

Yo me inclino por explorar la segunda vía. ¿Cuál puede ser? Entre otras,

· Acordar el establecimiento de un gran Parque Binacional que incluya buena parte del territorio Esequibo, a ser convertido en área forestal protegida, administrada por la ONU con la participación de Venezuela y Guyana, a fin de salvaguardar la integridad ecológica de lo que es una de las pocas zonas forestales vírgenes que le quedan al planeta. Esto sería un triunfo del espíritu de cooperación internacional sobre lo parroquial.

· Convenir, a cambio del reconocimiento venezolano de la propiedad guyanesa del territorio en disputa, una participación venezolana en el desarrollo petrolero en la zona en reclamación. Esta sería una participación accionaria del xx%, la cual podría ser significativa en términos monetarios, tanto en términos de aportes que Venezuela tendría que hacer como accionista, como en los beneficios derivados de la futura producción, ya que se trata de un petróleo de buena calidad.

Estoy pensando en voz alta. Lo que sí creo deseable es abrir el juego, ya que la situación actual está envenenando la relación de Venezuela con sus vecinos y. realmente, – a la luz del cuadro geopolítico y energético mundial – no vale la pena.