La Cota Mil: Un “parque de diversiones” para los caraqueños en cuarentena (Video)

La Cota Mil: Un “parque de diversiones” para los caraqueños en cuarentena (Video)

Foto Steffany Carvajal / La Patilla

 

Una vía rápida que se extiende 14,5 kilómetros para conectar Caracas desde el este hasta el centro, a excepción de los domingos por las mañanas, cuando su paso vehicular se detiene para que el asfalto tenga un uso recreativo. Así siempre se ha conocido a la Cota Mil, que a los pies del Ávila, se ha convertido hoy en la mejor opción de entretenimiento para los caraqueños durante la cuarentena.

Raylí Luján / La Patilla





Los más pequeños de la casa representan la mayoría del público asistente. Algunos optan por correr de un lado a otro, otros ponen en marcha sus carritos de batería, los más grande manejan patines, patinetas y bicicletas mientras los bebés, en sus pequeños coches, van acompañados de sus padres y en algunos casos, de abuelos, que han incrementado su presencia en el trayecto durante los últimos meses.

Todos buscan la distracción propia y el no “quedarse paralizados” en sus hogares. Prefieren caminar por un par de horas en el asfalto, ver a sus hijos divertirse fuera de las pantallas de los celulares o las computadoras, y respirar aire puro así sea por breves períodos de tiempo en el que pueden retirarse el tapabocas por encontrarse al aire libre y distanciados.

“No tenía muchas ganas pero me animé para sacar calor y porque uno se oxida en la casa (…) y me parece buenísimo, para la salud, para todo”, comenta Eduvina Sierra, quien acudía por primera vez junto a su hija y nieta.

Foto Steffany Carvajal / La Patilla

 

Aunque cada familia o grupo de esparcimiento asiste con su respectiva logística alimentaria, en varios puntos del trayecto se pueden encontrar pequeños stand que ofrecen desde papelón con limón, helados de frutas e inclusive hallacas. Entre ellos, destacan emprendimientos familiares que decidieron iniciarse en la Cota Mil, durante la cuarentena, aprovechando la gran afluencia de personas, que han sabido improvisar distintas actividades.

“Nos sorprendimos, pensábamos que íbamos a ser los únicos locos que veníamos para acá y cuando vemos el gentío, obviamente la gente está cansada de estar encerrada, la gente necesita despejarse (…) estar en lugares así nos ayuda a unirnos”, explica Bárbara Páez, acompañada de sus amigos bailarines.

Foto Steffany Carvajal / La Patilla

 

El voleibol suele ser una de las más comunes, y aunque ya era parte de las rutinas en la Cota Mil dominical, desde el confinamiento son más grandes los equipos de jóvenes que buscan divertirse con este deporte. Coreografías, circuitos, aerobics o picnics también forman parte de la lista.

“La rutina la retomamos empezando la cuarentena, ya que no habían muchas opciones, nos dimos cuenta que estaban abriendo la Cota Mil los domingos y en vista de que teníamos bicicleta, empezamos a bicicletear otra vez (…) ahorita hay que manejar con cuidado por la afluencia de gente”, apunta José Gregorio Serrano, ciclista.

Foto Steffany Carvajal / La Patilla

 

El tramo entre Altamira y La Castellana es uno de los más populares, siendo el punto donde convergen todas las actividades, incluyendo el rápel, un sistema de descenso por superficies verticales utilizando técnicas de cuerdas, que ya resulta sencillo encontrar durante un paseo por la avenida Boyacá entre las 6 de la mañana y la 1 de la tarde de un domingo.

“Por la cuarentena radical y con el esparcimiento otorgado hemos logrado realizar estas actividades. La Cota Mil se ha llenado mucho y existen los problemas de bioseguridad, pero tratamos de mantenernos alejados de las multitudes”, dice el instructor Jonathan Campos, que desde hace tres años practica la actividad deportiva en la Cota Mil con amistades.

Foto Steffany Carvajal / La Patilla

 

La supervisión policial también está presente y es representada por la Policía Nacional Bolivariana, que aparece en motocicletas cada media hora y algunos funcionarios municipales al nivel de sus respectivas jurisdicciones. Aún así, cuando se acerca la hora de cierre del tiempo recreacional, vehículos irrumpen en la avenida, ganándose el reclamo de los asistentes.

Por ello, quienes han tomado la Cota Mil recientemente como “parque de diversiones”, así como sus usuarios de siempre, hacen un llamado a la responsabilidad y el buen uso del espacio que esperan seguir adoptando como principal centro de esparcimiento caraqueño ante la incertidumbre que deja la emergencia sanitaria por Covid-19 en el país.