Carlos Ochoa: Las elecciones de Maduro en su laberinto

Carlos Ochoa: Las elecciones de Maduro en su laberinto

Algo gordo debe estar sucediendo puertas adentro de la sociedad que tienen pactada Nicolás Maduro y Diosdado Cabello para aferrarse en el poder, sin estridencias ni declaraciones de guerra hacia afuera, las elecciones parlamentarias ilegitimas se han convertido en un barómetro, que mide la presión interna entre los grupos de poder chavista madurista. Uno de los argumentos que pueden respaldar esta teoría, es el anuncio por parte de Maduro del final de la ANC en diciembre y la aprobación de la ley antibloqueo por parte de ese club del PSUV que sesiona en el Palacio Federal impidiendo a la legítima Asamblea Nacional a reunirse en ese emblemático recinto histórico como le corresponde.

El posible enfrentamiento se percibe obvio cuando se formula la pregunta ¿cómo queda Diosdado sin ANC?  El Teniente Cabello es un hueso duro de roer y no creo que en esta oportunidad  se vaya a quedar como la guayabera sin su cuota de diputados si es que se realizan esas elecciones el 6 de diciembre. Para intentar descifrar que es lo que realmente pasa con la cúpula gobernante y observar si hay deterioro a lo interno, metámosle la lupa a lo que está ocurriendo en una entidad de las más importantes del país.

 Uno de los estados que despierta sospecha es Carabobo, el gobernador Lacava sufrió de coronavirus y por supuesto que tuvo que guardar reposo y confinarse para cumplir con el protocolo en resguardo de su salud y la de sus allegados. Lo que genera comentarios en el mundillo de la política de ese estado, en el pasado  prospero y en el presente arruinado como el resto del país, es el silencio en las redes, que es inusual en un político que ha usado  todos los medios posibles para construir un personaje con unas características únicas que tiene seguidores y detractores pero no indiferencia. El protagonismo del gobernador Lacava ha ido menguando en la misma proporción que el gobierno de Maduro se ha ido hundiendo como el Titanic  al no resolver la crisis sistémica que padece Venezuela en todas las áreas, en realidad ningún gobernador o alcalde Madurista ni de oposición puede resolver nada de la crisis humanitaria con los recursos que le asigna el gobierno central y con los que generan las entidades regionales y municipales, para los chavistas  sus funciones quedaron reducidas a un comisariato político que responde a uno y otro grupo de poder,  unos raspadores de ollas envueltos en negocios turbios de toda naturaleza que alternan con la repartición ocasional de la bolsa Clap y el bachaqueo de combustible. A los pocos de oposición les nombraron desde Miraflores “protectores” despojándolos de funciones y de presupuesto ilegalmente, lo que los convierte en resistencia política, más que en administradores y gerentes de programas que beneficien al pueblo.





En medio de tan gigantesca crisis las elecciones de Maduro no solucionan nada para nadie, por el contrario si es cierto que los factores de poder chavistas libran una pugna interna como se afirma para colocar sus fichas, moverlas como en Carabobo donde de nuevo el mayor Ameliach Orta presuntamente  asume la jefatura política limpiando la lista de candidatos de Lacava para colocar los afectos a Diosdado, lo que se puede deducir es que las sanciones internacionales impuestas a altos personeros del gobierno y de la Fuerzas Armadas están produciendo lo esperado, la fractura interna de la coalición de poder, por el miedo de la bestia que no puede salir de su laberinto con elección o sin ella y lo sabe.