William Anseume: La UNESCO especialmente hoy debe mirar a Venezuela

William Anseume: La UNESCO especialmente hoy debe mirar a Venezuela

Hoy inicia la UNESCO una reunión extraordinaria, mundial, en París para tratar el problema del financiamiento de la educación tanto en las naciones en sí mismas como el aporte internacional para sustentarla. Teme esta importante entidad de la Organización de Naciones Unidas el declive presupuestario y de las ayudas para educar en un momento tan adverso para los países en general, producto de la pandemia.

Del 20 al 22 será este evento singular cuyo objetivo central es llamar la atención de los gobiernos para que sostengan o incrementen la inversión en educacion, a pesar de la merma económica que ya comienza a ser notoria a profundidad en todo el orbe. Seguramente conseguirán el objetivo en la gran mayoría de los países. Donde no lo van a lograr, a menos que se dediquen especialmente y con mucho ahínco, será en Venezuela, donde el derecho humano a la educación de calidad se encuentra (es más bien una inexistencia) en estos momentos más ayropellsdo que nunca antes en nuestra historia.

A propósito de tan loable y promisor encuentro, algunas entidades y personalidades le hemos escrito dos comunicaciones a la directora general de la UNESCO, señora Audrey Azoulay, así como a la subdirectora de educación, Stefania Giannini, con la finalidad de que perciban con claridad e interés mayor el caso venezolano. La destrucción generalizada y la parálisis actual de la educación pública en Venezuela, así como la vulnerabilidad creciente a la que se ven sometidas las instituciones privadas dedicadas a producir y/o impartir conocimiento en nuestro país son inocultables.





En ese sentido, la presidenta de la subcomisión de educación de la Asamblea nacional, Bolivia Suárez, el diputado Luis Barragán, el presidente-fundador de Aula Abierta, David Gómez Gamboa, Gricelda Sánchez por el Sindicato Venezolano de Maestros, el presidente de la FEDEHU, Albern Mendoza, el filósofo de la Universidad Central de Venezuela, José Rafael Herrera y mi persona, como presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, exhortamos a la UNESCO a coordinar una posible ayuda humanitaria a nuestro país en materia educativa para salvarlo de la inminente catástrofe generacional que se cierne sobre la educación venezolana no sólo producto de la pandemia sino básicamente por un plan destructivo generado desde el poder que la ha diezmado en todos los aspectos: económico, laboral, social, político, jurídico. Resulta escandaloso el deterioro de los sueldos y de la protección social de quienes trabajamos para la educación, resulta bochornoso que no haya presupuesto para las universidades y demás instituciones educativas públicas en el país. Pero también es condenable la violación permanente de la Autonomía Universitaria constitucional, la imposibilidad impuesta de realizar elecciones de autoridades en las universidades, el deterioro físico de las instalaciones, la falta de seguridad en las mismas; en fin, la más plena destrucción, orquestada desde el régimen de Nicolás Maduro, de la educación en Venezuela.

Sin apoyo internacional, especialmente de cara al futuro, de cara a los planes de reconstrucción nacional, cuando se produzca el inminente cambio político radical en el país, no será posible o se hará mucho más tardío el proceso de recuperación de la educación en Venezuela. Vaya hasta la UNESCO nuevamente, además del deseo por el éxito de la reunión mundial que hoy transcurre, este desesperado llamado por nuestra educación devastada a propósito.