“Yo no le cuestionaba”: La confesión de Rina Oh, exnovia de Jeffrey Epstein y nueva villana en el caso

“Yo no le cuestionaba”: La confesión de Rina Oh, exnovia de Jeffrey Epstein y nueva villana en el caso

Foto: ABC

 

El caso Epstein es una de las investigaciones policiales y judiciales más diabólicas y enmarañadas que se recuerda, con una legión de víctimas de abusos sexuales, testigos, investigados (muchos de ellos poderosos), abogados, fiscales, toneladas de informes… Y dos clarísimos villanos: Jeffrey Epstein, el magnate que apareció muerto en su celda de una prisión federal de Nueva York, en el verano de 2019, y que fue quien urdió toda la trama; y Ghislaine Maxwell (58 años), una suerte de oveja negra de la alta sociedad londinense, considerada como la madama del financiero y sus amigotes, y a quien la Policía acabó echándole el guante tras más de un año escondida. Sin embargo, poco a poco se va tirando del hilo de esta complicadísima madeja y ayer nos desayunamos con la confesión de quien parecía más bien un actor secundario, pero que ha cobrado especial relevancia: la artista plástica Rina Oh (41), exnovia de Epstein y a la espera de juicio.

Por ABC

No solo compartió su vida con él, sino que ejerció de facilitadora de al menos tres mujeres para que acudieran a la llamada «casa de los horrores», en Manhattan. En el podcast «Broken: Seeking Justice», Oh también ha admitido haber adquirido accesorios sexuales para los sórdidos encuentros, aunque ha negado categóricamente haber tomado parte en ningún abuso.

Esa confesión, sin embargo, ya ha sido refutada por dos mujeres, Marijke Chartouni y Virginia Roberts, quienes aseguran que Oh sí intervino de manera activa en las agresiones que ellas mismas sufrieron.

En su relato, Oh ha confirmado que Epstein le pidió que llevara de compras a Roberts (cuando solo tenía 17 años), para vestirla con atuendo de colegiala. Cuando la presentadora del podcast, Tara Palmeri, le preguntó si no le parecía extraña la petición, ella respondió: «Yo no le cuestionaba, simplemente hacía lo que me decían». Evasiva en ocasiones, la escultora trató de razonar por qué le resultaron alarmantes las demandas del financiero: «Yo llevé a tres personas a ese lugar, no puedo decir más. Cuando esté lista para hablar en profundidad, lo haré», apuntó.

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