Las elecciones en Estados Unidos son mañana martes y casi todas las encuestadoras dan por seguro el triunfo del candidato por el partido demócrata Joe Biden, pronosticando para el candidato senador un amplio margen sobre Trump. En el 2016 las encuestadoras dieron triunfadora a Hilary Clinton y ya sabemos cuál fue el resultado, Trump se hizo con la presidencia y dejó a Clinton fuera de la Casa Blanca. Las elecciones en los Estados Unidos se han convertido en un torneo de posverdades, gana el candidato que convenza al electorado que su opción es menos corrupta que la de su adversario, eso por supuesto no beneficia a los partidos y perjudica mucho el modelo de democracia que por más de 200 años se ha mantenido como ejemplo en ese país para el mundo.
La elección presidencial de 2020 se está realizando en un escenario complejo por la pandemia del Covid 19 que azota al planeta, en abril los índices económicos resaltaban en rojo como en casi todos los países con economías abiertas, a Trump le tocó una situación difícil porque tuvo que tomar decisiones que han sido muy criticadas en todas partes, creo que el manejo inicial de la pandemia en USA por parte de la administración Trump analizando las cifras epidemiológicas de contagios y víctimas no fue el apropiado y eso pesa emocionalmente en el elector. Pero por otro lado las cifras de recuperación económica y confianza en el manejo de la primera economía del mundo las últimas semanas le dan argumentos para afirmar que no estaba equivocado al no cerrar una nación con 328 millones de habitantes. China aisló solo un par de provincias, el resto estaba trabajando, produciendo, utilizaron el control biomédico a través de la telefonía celular, pusieron la tecnología al servicio del estado que se convirtió en el Gran Hermano, el ojo que todo lo ve. Ciertamente esa utilización invasiva de la tecnología en la vida de las personas ha sido criticada porque controla más allá de lo necesario a los ciudadanos, pero si hay algo en vías de extinción en el siglo XXI es la intimidad, la vida personal en su conjunto es cada vez más controlada por distintas razones que van desde la seguridad personal, la política, economía de mercado hasta la sanitaria y ambiental.
Potencias como China y los Estados Unidos no pueden darse el lujo de cerrar sus economías porque de ellas dependen los más de 1.700.000.000 almas que en conjunto habitan esas dos naciones y buena parte del mundo y ese argumento frío y despiadado es una razón de estado que está por encima de cualquier consideración, en ese escenario las víctimas son cuantificadas como pérdidas calculadas de un conflicto de la humanidad en contra de un virus, hasta que no se produzca una vacuna confiable que lo derrote.
Nadie pone en duda los resultados positivos de la gestión económica de Trump hasta la aparición de la pandemia, la pregunta que debe hacerse cuando ya han votado 95 millones de ciudadanos por correo es ¿podrá Trump derrotar la campaña en su contra de casi todos los medios que lo responsabilizan de mal manejo de la pandemia, el tema de los inmigrantes y la caída de la economía? Yo creo que sí el electorado silencioso como él lo llama lo respalda como en 2016, Trump se va a quedar otros cuatro años en el cargo, porque el verdadero adversario del candidato presidente no es Biden ni el partido demócrata, son los medios controlados por los “progres” y los patrocinadores del “nuevo orden mundial”.