¿Podemos salir del fondo?, por Armando Martini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

 

 

Calumnias, leyendas, rumores, difamaciones e injurias, hace muy difícil diferenciar entre la verdad y la mentira. Existe un dicho criollo: “cuando el rio suena piedras trae”. Sobornos, financiamiento político, extorsión, Venezuela no es la excepción, forman parte vinculados a oficialistas y opositores. Implicados obligados a desmentir señalamientos, pero no con negativas blandengues, deben ser contundentes. Causa zozobra tembleque la información que se filtra, conociendo sobre ilegalidades, cohechos, narcotráfico, lavado de dinero, testaferros, arbitrariedades, actos delictuales incluida la violación de los Derechos Humanos.





Por Armando Martini

¿Por qué tardaron en sancionar? Los procesos toman tiempo, poseer pruebas, estudiar relaciones, conexiones, verificar amoríos comerciales, personales, descubrir vínculos e instrumentos utilizados para legitimar, movilizar fondos tóxicos, mal habidos. La intromisión de algunos que infiltran la oposición a través de financiamiento, contratación de lobistas que se dedican a obstaculizar esfuerzos.

La lista de sancionados, ha servido de validación de que el proceso es efectivo. Se observa cómo ha crecido el temor de banqueros, funcionarios del gobierno, militares que se sienten sancionables. Ampliar el inventario por el Departamento del Tesoro y Justicia incorporando empresas fantasmas, intermediarios financieros, y en particular familiares, para seguir extendiendo la presión. El asunto y amenaza de sanciones tiene todavía mucho por asustar.

Del entramado de complicidades y conchupancias surge la pregunta: ¿seremos capaces de derrotar a la dictadura sin el apoyo internacional? La interrogante está en la mente y aturde a la gran mayoría. Sin embargo, timoratos politiqueros y cómplices cooperantes de este desastre infame; substitutos, chupa medias, vivianes, bolichicos, enchufados, demás plagas y alimañas; el auxilio para rescatar la decencia, principio de la ética, moralidad y buenas costumbres democráticas es intromisión e intervencionismo de la soberanía.

Obsequió a patrioteros -no es lo mismo que patriotas- razón para victimizarse. Se regodean en que la tragedia nacional se debe a la intromisión indebida del imperio y no a la gestión castrista. Nadie les cree, pero insisten en una bandera desgastada llena de colorines emocionales, no tienen obra buena que mostrar, sólo son plañideras de falsas ilusiones.

Las razones que ha generado la rebelión ciudadana, son peores cada día. No hay suficiente comida ni medicinas. Pero a nivel político hay que recordarlo, la tragedia de la familia para comprar productos básicos y remedios es diaria. Cuando los dirigentes visitan comunidades, ya no le hablan ni tratan de motivar a militantes, simpatizantes o indiferentes, sino a una comunidad arruinada, hambrienta y desesperada. Pensar que el respaldo de la población es por el prestigio de cada partido, es un grave error, es por angustia y frustración. El castrismo y su incapacidad comprobada sigue perdiendo la fe ciudadana que ya no siente salida. El oficialismo habla y habla, amenaza e ironiza, despliega teorías enrevesadas, describe una Venezuela imaginaria, sin responder necesidades e inquietudes.

Se ensombrece el bosque tenebroso. Incongruencias y contradicciones lo ennegrecen. El conflicto político tiene preminencia, le quita atención al hecho atroz de los padecimientos ciudadanos. En la politiquería económica se descubre que esa entelequia no resolverá nada porque ni sabe cómo ni puede, sólo planifican odios disfrazados de paz y venganzas acicaladas de justicia.

No estaban dispuestos -el miedo paraliza- a reflexionar lo que era correcto: denunciar al castro chavismo, por resguardar estúpidos intereses ideológicos, pero fuertemente comerciales, chuleo a mansalva. Resulta que lo político, ideológico y represivo hace tiempo se anarquizó, despertando alarmas e incluso aversión. Torcieron leyes, quebrantaron normas y se burlaron de la Constitución, logrando una mentira descubierta antes de nacer.

Por eso, la descarnada represión y excesos ha cambiado drásticamente la actitud, y cada vez más se reducen las esperanzas para quien destruye con resentimiento, represalia y violación de los Derechos. No se necesita escuchar denuncias de torturas, simplemente se asume que cada preso es un nuevo torturado.

Se respira en el ambiente, discute en reuniones de amigos, vecinos, compañeros de trabajo, en general, el anhelo y deseo por estadistas responsables, inquebrantables que no negocien principios éticos ni morales, que piensen en el colectivo, en el ciudadano y no en el interés personal, partidista. Y esos líderes ya están en acción, se agigantan. No son expectativa, son realidad, la nueva oposición con y en resistencia está en marcha.

Entendamos que la torpeza y ceguera del castro-madurismo, la autoconfianza y secretismo de cierta dirigencia, una economía dirigida por bandidos cómplices, furia por la fiereza represora y vengativa, la retorcida ley del más fuerte, han hecho surgir de los escombros a una Venezuela diferente, corajuda, mejor preparada, discreta y con el corazón comprometido en la victoria.

¡Si podemos salir del fondo!

@ArmandoMartini