Se cumplió un año desde que el Dr. Li Wenliang intentó alertar de un nuevo virus

Se cumplió un año desde que el Dr. Li Wenliang intentó alertar de un nuevo virus

Dr. Li Wenliang.

 

 

Tal día como hoy hace un año, el doctor chino Li Wenliang envió un mensaje en un grupo de Wechat a varios de sus colegas en el que les alertaba sobre la aparición de un nuevo coronavirus en Wuhan. En él, el oftalmólogo les recomendaba usar trajes de protección para evitar contraer un patógeno del que todavía no se conocía ni el alcance que iba a adquirir ni el nombre que tantas veces se iba a repetir en este 2020. Un año después de aquellas palabras, el SARS-CoV-2 se ha cobrado la vida de casi 1.800.000 personas en el mundo. Entre ellas, la de este sanitario al que la Policía acusó de difundir rumores falsos.





Por Victoria Pascual | larazon.es

Resulta cuanto menos paradójico que un día después de que Li enviara ese mensaje, Pekín decidiera reportar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los primeros casos de neumonía detectados en Wuhan. Que se les adelantara este sanitario –aún en un grupo privado– no sentó nada bien entre unas autoridades acostumbradas a controlarlo todo y contra las que, sorprendentemente, muchos cargaron públicamente cuando Li falleció precisamente tras contraer el mismo virus que había detectado.

Informada la OMS, el 1 de enero se ordenó el cierre del mercado de Huanan tras detectarse que un 70% de los primeros 41 casos confirmados guardaban relación con este zoco. Desde entonces, este mercado de abastos y vida silvestre en el que se comercializaba con animales domésticos y salvajes vivos como serpientes, mapaches, civetas o pangolines ha permanecido cerrado.

Personas con máscaras asisten a una vigilia por el difunto Li Wenliang, el médico que murió de un coronavirus en un hospital de Wuhan, en Hong Kong, China. REUTERS/Tyrone Siu

 

Investigadores enfundados en monos blancos de protección, gafas, guantes y mascarillas fueron, durante meses, los únicos autorizados a entrar al recinto para desinfectarlo y recolectar muestras. Hoy en Huanan no queda rastro de ellos ni de los comerciantes ni los clientes que acudían al piso de abajo para visitar el «mercado húmedo», donde en China es habitual encontrar al aire libre desde frutas y verduras hasta carne fresca, mariscos, hierbas y especias.

Sólo quedan activos los establecimientos de su segunda planta, que reabrieron en junio. Se trata de una amplia galería que ampara un centenar de ópticas.

Uno de los dependientes, que no quiere dar su nombre por la «sensibilidad» del asunto, recuerda brevemente que cuando el mercado cerró, los comercios del piso de arriba continuaron abiertos. «Nos preguntábamos demasiadas cosas. Algunos intentaban ver qué pasaba abajo, pero estaba todo ya demasiado restringido», explica a Efe.

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