José Guerra: Apreciaciones sobre la economía venezolana en 2021

José Guerra: Apreciaciones sobre la economía venezolana en 2021

1.  El año 2020 cerró con una economía inimaginablemente destruida. Se estima una caída del Producto Interno Bruto (PIB) mayor al 30%, una inflación superior al 4.000% y un banco central con un nivel menguado de reservas internacionales de US$ 6.383 millones, de los cuales el 70% es oro. En 2008 Venezuela tenía en reservas internacionales por US$ 42.300 millones. El salario de los venezolanos ha sido devorado por la hiperinflación, la dolarización ha generado la mayor desigualdad que se haya conocido en Venezuela y un sistema bancario enano, es apenas un gestor de pagos. El crédito despareció.

2.   El desempeño estimado de la economía en 2021 va a depender de dos elementos. En primer lugar, si se puede avanzar en la resolución de la crisis política para así abrir el financiamiento externo sin el cual no hay solución viable y en segundo lugar, de la recuperación de la producción petrolera, la cual está atada al primer elemento.

3.   Rusia y China no están en condiciones de financiar a Venezuela con el monto requerido para levantar la economía. El país necesita al menos US$ 40.000 millones en uno o dos años para iniciar su despegue en firme y esto solamente lo pude proporcionar un acuerdo global con entes multilaterales liderado por el FMI. No hay otra opción.





4.   Según estimaciones de la consultora SP Platts, la producción de petróleo de Venezuela que en noviembre de 2020 alcanzó cerca de 400.000 barriles por día, se estima que podría disminuir hasta 370.000 barriles diarios en 2021. Con precios para la cesta venezolana cercanos a los US$ 32 por barril, una vez descontado el costo de producción de US$ 14 por barril, el flete de aproximadamente US$ 4 por barril, el descuento al comprador para evitar sanciones y el pago de la regalía, el ingreso fiscal petrolero se reduce literalmente a cero.

5.  La producción y distribución de gasolina será intermitente. Venezuela no tiene como acometer el nivel de inversión que se requiere para reflotar un complejo refinador destruido por años de corrupción y el mal manejo.

6.   La recaudación no petrolera del SENIAT está reducida a su mínima expresión, debido principalmente a la caída de la actividad económica. El monto recaudado y reportado es en bolívares de papel, sin poder de compra.

7.   De esta manera, el financiamiento del BCV al Fisco Nacional seguirá siendo la norma en 2021 y con ello la elevada inflación, aunque probablemente a un ritmo menor que en 2020. Todo va a depender de ese financiamiento monetario y del comportamiento del tipo de cambio. Luce difícil que el BCV pueda estabilizarla tasa de cambio. No tiene con qué.

8.  Con un nivel de exportaciones petroleras de 300.000 barriles diarios, si se recupera la refinación nacional, lo máximo que pude recibir Venezuela es US$ 4.000 millones en 2021. Esto impone una restricción fiscal fundamental para Venezuela.

9.   Los salarios seguirán siendo bajos mientras los precios de los bienes seguirán dolarizándose. Maduro no puede y si pudiese no quiere dolarizar los salarios. Con una nómina de empleados públicos y pensionados de 4.200.000 personas pagándoles US$ 40 mensuales, para que medio puedan comer, ello absorbería la mitad del valor de las exportaciones petroleras.

10.  En 2021 no habrá dolarización formal  seguirá el sistema bi monetario que hoy conocemos. La razón es obvia: el régimen no tiene cómo pagar salarios en dólares a sus empleados si  tuviese los recursos no lo haría. Para Maduro pagar con bolívares desvalorizados es su mejor opción.

11.  Parece inminente una nueva reconversión monetaria debido al colapso de los sistemas de pagos en vista de la elevada cantidad de ceros y la dificultada para realizar transacciones.

12.  El camino param Venezuela es lograr un acuerdo político para solucionar la crisis, que permita instalar un Gobierno de Unidad y Emergencia Nacional, para liquidar la hiperinflación, reactivar la economía, aumentar el consumo y aplicar una política social basada en transferencias directas a las madres con niños. Todo ello requiere financiamiento externo.