Portugal se prepara para un segundo confinamiento general

Portugal se prepara para un segundo confinamiento general

 

Portugal espera este miércoles conocer los detalles para un segundo “confinamiento general”, algo inevitable ante el repunte de la pandemia de covid-19, tras una flexibilización de las medidas restrictivas durante las fiestas navideñas.





“Esta semana, realmente deberemos adoptar medidas generales de confinamiento”, había advertido el martes el primer ministro luso, Antonio Costa.

Las nuevas disposiciones, que serán anunciadas sobre el final de esta jornada, tras un Consejo extraordinario de ministros, tendrán “un horizonte de un mes” y “un perfil muy parecido” al primer confinamiento, impuesto en marzo y abril, aclaró el jefe de gobierno socialista.

En este contexto, los portugueses se preparan para un nuevo cierre de comercios no esenciales, cafés y restaurantes, que podría comenzar el jueves.

Costa había afirmado que las guarderías y las escuelas primarias permanecerían abiertas, a diferencia del confinamiento en la primavera boreal pasada, no obstante, los expertos consultados el martes dieron opiniones divergentes en cuanto al cierre de universidades e institutos secundarios.

Excepcionalmente, los ciudadanos también podrán salir para votar en la primera ronda de las presidenciales, el 24 de enero. Quienes así lo deseen, podrán sufragar por adelantado este domingo.

 

– Restricciones a viajes –

 

Por otra parte, las autoridades ahora consideran la posibilidad de exigir un test negativo por covid-19 a los viajeros que aterrizan en los aeropuertos del país, como ya lo hace la vecina España.

Portugal se mantuvo relativamente poco afectado por la primera oleada de la pandemia, merced a un confinamiento total tempranero, pero resultó más difícil contener la segunda, en otoño.

Como parte de la situación de emergencia sanitaria en vigor desde comienzos de noviembre, fueron impuestos confinamientos parciales con distintas restricciones en aquellas regiones más afectadas.

Lisboa, la capital, por ejemplo, ya se encuentra bajo un toque de queda nocturno durante la semana, que recién comienza a las 01H00 los días de descanso.

Además, tanto comercios y restaurantes, así como los espacios culturales y religiosos, han tenido que restringir sus horarios, aunque no han cerrado sus puertas.

Tras una leve caída en el nivel de contagios del coronavirus, el gobierno decidió levantar estas restricciones para permitir a las familias desplazarse y reunirse durante las vacaciones navideñas.

El país ahora se encuentra “en una situación muy difícil”, indicó a la AFP el doctor Ricardo Mexia, presidente de la Asociación nacional de expertos médicos en salud pública.

 

– Nuevos récords –

 

En su opinión, la pandemia descontrolada se explica por la relajación de las restricciones durante la Navidad, pero también por la ola de frío imperante en la península Ibérica y la llegada de la nueva cepa británica de covid-19, que ha sido también detectada en Portugal a fines de diciembre, pero cuyo impacto “es difícil de medir”.

De acuerdo a datos recogidos por la AFP ante las autoridades nacionales, Portugal ha ocupado el sexto puesto entre todos los países del mundo según el número de contagios en relación a su población en los últimos siete días.

Con un nuevo récord de 10.556 casos en 24 horas, este país con 10 millones de habitantes, alcanzó este miércoles su mayor balance diario, y las 156 muertes registradas en una sola jornada elevan a 8.236 el total de fallecimientos desde el comienzo de la pandemia.

Hace ya una semana, la ministra de Salud, Marta Temido, se mostró inquieta al ver los hospitales del país bajo “una presión enorme”, que no deja de aumentar desde entonces, con algo más de 4.200 personas internadas este miércoles, de las cuales casi 600 en unidades de cuidados intensivos.

“Si esto continúa así, alcanzaremos el nivel máximo de nuestro plan de emergencia, y ya tenemos dificultades para admitir pacientes”, señaló este lunes a la AFPTV Anabela Oliveira, directora de urgencias del hospital lisboeta Santa María.

AFP