Gimnasios al borde del quiebre tras bajón de clientela en Lara

 

 





La paralización e intermitencias del plan 7+7 por la pandemia golpeó a los gimnasios, con más del 60% del descenso en inscripciones.

Por Guiomar López / laprensalara.com 

El limitado ingreso económico de clientes los obliga a abandonar, mientras estos centros deben mantener sus gastos de alquiler, pagos de servicios y hasta mantenimiento de los aparatos.

Los salones que se encontraban con todas las máquinas ocupadas, lucen con sábados que ni siquiera llegan al 10%, cuando eran los días de mayor asistencia al tener más disponibilidad de tiempo. Los usuarios peleaban la atención personalizada, pero desde diciembre de 2.020 apenas cuentan con dos entrenadores, uno para la mañana y otro para la tarde, pues la mayoría se ha ido del país huyendo de la crisis.

Aquellos escenarios con música a alto volumen junto al ir y venir de personas, quedó atrás. Son contados, quienes pudieron mantener su ritmo de entrenamiento y continuar con la atención del instructor. “Muchos clientes dejaron de venir porque quedaron sin trabajo, otros por dificultades para trasladarse a falta de transporte o combustible”, lamenta John Méndez desde el gimnasio Centauro, añorando esas jornadas que empezaban a las 6:00 am.

 

Además del bajón de clientes, dueños de gimnasios deben lidiar con el pago de servicios. Méndez se queja del recibo de agua por Bs 188 millones. La sustitución de guayas para las máquinas asistidas de extensión puedan necesitar hasta 12 metros. El valor de cada metro se estima en $ 15.

Desde Gym Victoria, José Cambero recordó que la cuarentena los condenó al cierre total. Al retomar, compensan con la atención a domicilio de los interesados o la asignación de rutinas diarias para la casa, a fin que las personas no pierdan condiciones. También atienden atletas de escuelas de béisbol y fútbol.

El promedio de las tarifas es de $ 5 semanal hasta $ 24 mensual. Además de exigir con las medidas de bioseguridad.