Mireya Segovia: El bolívar, una visión ilusoria para el venezolano

Cuando nos referimos a la moneda nacional, nuestro bolívar, traemos a nuestro recuerdo un medio de intercambio, otrora con un valor codiciado por muchos países, Era la unidad de cuenta que permitía atribuir precios a los bienes y servicios, representaba, además, una reserva de valor que con el tiempo nos permitía salvaguardar el poder adquisitivo de nuestro hacer.

Pero, hoy día, lamentablemente el bolívar no cumple con ninguna de las funciones antes señaladas. La crisis que hoy ya se hace vetusta de la moneda venezolana, fue destruida por un fenómeno hiperinflacionario sin precedentes, pero a esta irrevocable devaluación, se le suma el descarado movimiento de una alza de precios, que es inconstante, sin control e irremisible, hay una exagerada depreciación del bolívar, que exaspera al venezolano, cada vez que éste se atreve a realizar una provisión de algo que le sustente en el diario vivir.

La situación pareciera no tener solución y, la razón fundamental, es que este narco régimen no tiene a su disposición fuentes acreditadas de financiamiento, de manera, que, el bolívar pasó a ser una unidad no válida de cuenta, ni un medio de intercambio, ni mucho menos una reserva de valor que atraiga a usuarios y mercados; estamos fatalmente, ante los ojos del mundo con una moneda en “destrucción” que se ha convertido en un signo económico “irrecuperable”. Negarlo, seria, querer “tapar el sol con un dedo”.





Estamos frente a una inexorable dolarización de la moneda nacional, relativa, ya el dólar se usa como medio de pago, sin parangón alguno, por todo el territorio nacional, ya el dólar constituye con toda normalidad el signo monetario manejado por el más sencillo campesino, hasta el más grande de los empresarios, este último con más fulgor. Ya no se habla de bolívar, antes más bien aparece en nuestro intercambio otra moneda, como el peso colombiano, por ejemplo, entre otros, y pareciera ser una situación perentoria, por cuanto la inflación no se detiene. 

El bolívar se deprecia, y a la vez, produce una actitud hasta pasmosa para los indigentes incluso,  cuando profanan comentarios de desprecio, al no aceptar el bolívar como colaboración, es aberrante, pero cada vez es más  el desvalor y  esta remiso el Bolívar. Por desgracia,  para el venezolano común, no está claro, todo este panorama desolador,  porque la dolarización limita sin piedad la acción de una política monetaria. Una gran minoría de venezolanos, estamos claros, que el narco régimen ha estimulado la dolarización, pero lo ha hecho con fruición, dejando demudado, lívido al venezolano, lo ha hecho con la clara intención de que esto representa una “válvula de escape” y que ante la necesidad cada venezolano queda inerme.

Somos los venezolanos que estamos frente a una barbarie que nos deja pasmados, la “destrucción” de la moneda venezolana es inevitable, ya de por si se considera un signo económico “irrecuperable”; no obstante, el narco régimen no da muestras de querer crear una nueva moneda en Venezuela o, al menos, de permitir una dolarización formal.

Lo único que se le podría antojar a este régimen seria verse tentado a eliminar nuevamente “al menos unos cuantos ceros” al actual bolívar para facilitar su practicidad, lo cual resultaría en un “desastre” económico por el contexto de crisis actual.  Por otra parte, Venezuela, ante este panorama desolador, devastado por unas políticas inequívocas, por una falta de Libertad, de confianza para la inversión, sin duda está imposibilitada también para producir una moneda nacional estable, confiable, que sostenga su valor en el tiempo, porque, hasta tanto no cese esta indignante dictadura el país no tendrá capacidades técnicas, políticas ni financieras.

La Libertad es inaplazable.