Jesús M. Pérez Triana: “El dilema de las redes”(2020) de Jeff Orlowski

 

El dilema de las redes” es uno de esos documentales que de vez en cuando consigue agitar conciencias y llamar la atención sobre el tema que trata. Su personaje central es Tristan Harris, un ex-empleado de Google y cofundador del Center for Human Technology. Sus preocupaciones éticas por los efectos adictivos de los servicios on-line le llevaron a elaborar una presentación que circuló masivamente entre los empleados de Google sin que causara efecto alguno en la empresa. A partir de ahí decidió convertirse en un activista del tema.





Lo interesante del documental “El dilema de las redes” es que recoge el testimonio de numerosos ex-empleados claves de las grandes redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram…), junto con personalidades como Jaron Lanier, Shosshana Zuboff (autora de La era del capitalismo de vigilancia) y Cathy O’Neil (autora de Armas de destrucción matemática), que transmiten preocupación e inquietud por las consecuencias sociales y personales imprevistas de la tecnología que ayudaron a desarrollar. En el documental se tratan los temas ya conocidos del efecto “burbuja informativa” y la polarización política creados a partir de los algoritmos de recomendación de contenido. Por ejemplo, una persona que crea en una determinada teoría de las conspiración recibirá como recomendación de Youtube más vídeos y será invitado a unirse a grupos de Facebook de otras teorías de la conspiración. El resultado es que los usuarios de las redes sociales terminan interactuando cada vez más exclusivamente con personas con las mismas ideas y recibiendo una espiral sin fin de informaciones que confirman sus sesgos personales. Los efectos prácticos del fenómeno que se muestran son el auge del populismo y varias de las personas que aparecen en el documental expresan su preocupación por las consecuencias últimas y extremas del clima guerracivilista de las redes sociales. Recordemos que en Estados Unidos hay ya una corriente política que se prepara para una futura guerra civil. Véase aquí en mi blog “Guerracivilismo en EE.UU.: The Boogaloo” (publicado el 04/06/2020).

Pero sin duda, lo que resulta novedoso y sorprendente en el documental es la explicación que dan todos los antiguos empleados que estuvieron en el comienzo de grandes empresas como Google, Facebook y Twitter de que las redes sociales y numerosos servicios de Internet fueron deliberadamente diseñados por expertos pensando en generar adicción y retener la atención de los usuarios el mayor tiempo posible. La descarga de dopamina que constituye el subidón de ánimo porque nuestros comentarios, fotos, memes y chistes reciben la aprobación ajena en forma de corazones y “me gusta” responde a mecanismos científicamente estudiados y explotados por expertos deliberadamente. El resultado es de todos conocido. Todos nos pasamos la vida revisando el móvil el impacto de nuestras publicaciones y todos nos hemos planteado cientos de veces irnos a la cama pronto para leer el libro que tenemos pendiente o simplemente dormir para terminar a altas horas de la madrugada preguntándonos cómo hemos terminado viendo vídeos de los temas más inverosímiles en YouTube. Por no hablar de otros efectos perniciosos sobre la salud mental al someter nuestras vidas a comparación con las de perfectos extraños que siempre parecen mejor. Los datos que se mencionan sobre el aumento de depresión, ansiedad, autolesiones y suicidios en preadolescentes en Estados Unidos a partir del auge de las redes sociales es espeluznante.

Al final, las experiencias y las recomendaciones personales de las personas que diseñaron todos esos servicios pasan por desinstalar aplicaciones del móvil, desactivar notificaciones y por supuesto mantener a los niños alejados hasta un edad prudente.


Este artículo fue originalmente publicado en Guerras Posmodernas el 18 de diciembre de 2020