Diez años después siguen latentes las causas que provocaron la Primavera Árabe

Diez años después siguen latentes las causas que provocaron la Primavera Árabe

14 de enero de 2011, Túnez: La gente toma las calles tras la caída del gobierno del presidente Zin el Abidín Ben Alí, que dimite y huye del país, dejando vía libre para que la ciudadanía tunecina elija un nuevo presidente y adopte una nueva constitución. © FETHI BELAID/AFP/Getty Images.

 

Los motivos que dieron lugar al estallido de las revueltas en el mundo árabe en 2011 siguen vigentes diez años después e incluso se han agravado, según el documento “Las brechas que desestabilizan la Vecindad Sur: de la Primavera Árabe a la era COVID-19”, presentado hoy por la Fundación española Alternativas.

El documento escrito por el especialista en Oriente Próximo y Norte de África Ricard González dio pie a un debate organizado por la Fundación Alternativas, vinculada al Partido Socialista Obrero Español, en el que participó también la periodista e investigadora hispano-siria, experta en las dinámicas sociopolíticas de la región, Leila Nachawati.





Durante la discusión, los expertos recordaron los levantamientos ocurridos luego de que Mohamed Bouazizi, un joven vendedor ambulante, se inmolara en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid, harto de la corrupción del sistema.

Lo que ocurrió, según González, fue “una ruptura del contrato social que había entre gobernantes y gobernados”, además del hartazgo de los jóvenes principalmente por la corrupción, las desigualdades y la falta de libertades.

Tanto González como Nachawati coincidieron en que la libertad, la justicia y la vida digna, eslóganes de los manifestantes de la región durante los levantamientos de la Primavera Árabe, son reivindicaciones que al día de hoy “están más vigentes que nunca”, según Nachawati.

“Esta situación pasados diez años se ha agravado y los motivos que dieron pie a la revuelta están más vigentes, por eso seguimos viendo inestabilidad en la región”, apuntó González.

El experto considera que las protestas nocturnas que se han visto en los últimos días en Túnez son un claro indicador de que las causas de fondo que llevaron a miles de tunecinos a las calles en 2011 siguen ahí y que el hartazgo permanece aún con un régimen político distinto.

“Es una demostración palmaria de las carencias de los cambios en Túnez (…). Esta transición política no se ha visto acompañada de una transición económica (…), hay claroscuros, no es una experiencia ni ideal ni desastrosa”, señaló González, quien apuntó que “estallarán nuevas revueltas en la Vecindad Sur de la UE si no se abordan las cuestiones de fondo”.

EL PAPEL DE LA UNIÓN EUROPEA

Además, el periodista y experto en Oriente Próximo y Norte de África describió el rol que ha jugado la Unión Europea (UE) desde el estallido de las protestas sociales en 2011 y hasta el día de hoy como una muestra de “pragmatismo descarnado”.

González explicó que desde el momento inicial hubo voluntad de apoyar los procesos de cambio, pero después se aceptó “el chantaje de estas dictaduras (..). Se aceptó que estructuras tremendamente represivas como la de Egipto, como la de Siria, como la de Túnez, mantuviesen una especie de control o de represión de las poblaciones a cambio de unas relaciones fluidas con países europeos y occidentales”.

En cambio, para Nachawati la política de la Unión Europea en estos años se podría considerar “anti-pragmática”, ya que “el norte y el sur del Mediterráneo estamos entrelazados; es imposible que el norte continúe desarrollándose si el sur sigue estancado”.

Sobre los supuestos éxitos y fracasos de la Primavera Árabe, Nachawati rechazó la idea de hablar de esta dicotomía.

“El fracaso o el éxito me parece muy peligroso porque estamos hablando de procesos. Más allá de victorias o fracasos yo hablaría de pequeños avances y retrocesos”, dijo la periodista.

EFE.